¿Cuál es la teoría de Lamarck sobre la evolución de las especies?

Lamarck: Primer Gran Teórico de la Evolución

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La asombrosa diversidad de la vida en nuestro planeta ha sido, desde tiempos inmemoriales, un enigma que ha cautivado a filósofos y científicos por igual. ¿Cómo surgieron tantas formas distintas de seres vivos? ¿Son inmutables o cambian con el tiempo? Durante siglos, la visión dominante fue el fijismo, la creencia de que las especies fueron creadas tal como las conocemos y permanecen inalteradas. Sin embargo, a medida que los naturalistas del siglo XVIII exploraban y catalogaban la vasta fauna y flora mundial, la acumulación de datos comenzó a desafiar esta perspectiva estática. Fue en este contexto intelectual vibrante donde emergió una figura pionera que se atrevió a proponer una hipótesis radicalmente diferente: Jean-Baptiste de Monet, caballero de Lamarck.

¿Cuáles son los 4 principios de la teoría sintética de la evolución?
En la teoría sintética,también conocida como neodarwinismo, la interrelación de la mutación, la recombinación genética del ADN, la deriva genética, la migración y la selección natural eran los factores que daban pie a los cambios evolutivos en los seres vivos.

Lamarck, en su obra fundamental Philosophie zoologique publicada en 1809, presentó la primera teoría sistemática sobre la transformación de las especies, lo que hoy llamaríamos evolución. Rompiendo con el fijismo de naturalistas prominentes como Linneo, Lamarck postuló que las especies no eran entidades fijas, sino que provenían unas de otras, en una progresión que iba de las formas más simples a las más complejas. Su propuesta no solo afirmaba que el cambio ocurría, sino que también ofrecía un mecanismo para explicar cómo sucedía.

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Los Principios Clave de la Teoría Lamarckiana

La originalidad y el corazón de la propuesta de Lamarck residen en dos principios interconectados que buscaban explicar la adaptación de los seres vivos a su entorno cambiante. Lamarck, a diferencia de los fijistas, pensaba que si los animales no hubieran evolucionado, no habrían podido sobrevivir a las agresivas condiciones climáticas que se presentaron en diversos periodos geológicos. La adaptación al ambiente era, para él, la fuerza impulsora del cambio.

El primer principio se conoce como la ley del uso y desuso de los órganos. Según Lamarck, las necesidades impuestas por el ambiente en el que vivía un animal influían directamente en el desarrollo de sus órganos. Aquellos órganos que eran utilizados con frecuencia para responder a las exigencias del entorno se fortalecerían y desarrollarían más, mientras que aquellos que dejaban de ser necesarios o se usaban poco se atrofiarían gradualmente hasta desaparecer. La idea subyacente era que "la función crea al órgano", o al menos, lo modifica significativamente.

El segundo y más famoso principio de Lamarck es la herencia de los caracteres adquiridos. Este postula que las modificaciones que un organismo adquiere en sus órganos a lo largo de su vida, como resultado del uso o desuso en respuesta al ambiente, son transmitidas a su descendencia. Si un animal desarrollaba un órgano más fuerte o perdía la función de otro, sus hijos heredarían esa característica modificada. De esta manera, los cambios favorables adquiridos se acumularían a lo largo de las generaciones, llevando a la transformación progresiva de las especies.

Para Lamarck, esta transformación era un proceso necesario, gradual, ascendente y continuo. Las especies, impulsadas por una suerte de "voluntad" o necesidad interna (aunque este punto es a menudo malinterpretado, la idea central es la respuesta directa a las necesidades ambientales), se esforzaban por alcanzar una mayor complejidad y perfección, pasando de formas inferiores a superiores. La unidad de la evolución, en su visión, era el individuo, que experimentaba los cambios adaptativos durante su vida y los legaba a sus hijos.

Lamarck frente al Fijismo y la Búsqueda de una Clasificación Natural

Antes de Lamarck, la clasificación de los seres vivos se basaba principalmente en similitudes morfológicas externas. Linneo, con su sistema binomial de género y especie, sentó las bases de la taxonomía moderna, pero lo hizo desde una perspectiva fijista, considerando cada especie como una entidad separada y sin parentesco evolutivo. La acumulación de datos por parte de los naturalistas, sin embargo, comenzó a revelar afinidades entre especies que sugerían relaciones más profundas que la mera semejanza superficial.

Buffon ya había cuestionado el fijismo, pero fue Lamarck quien propuso explícitamente que las especies estaban relacionadas por descendencia. Su teoría transformista implicaba que una clasificación verdaderamente "natural" debía reflejar no solo las similitudes morfológicas actuales, sino también la historia de las transformaciones que habían dado lugar a la diversidad observada. Aunque su mecanismo de cambio no sería el que prevalecería, la idea de que las especies evolucionan y están conectadas genealógicamente fue un paso gigante y fundacional en la biología.

Comparación Inicial: Lamarck vs. Darwin

Aunque el artículo se centra en Lamarck, es inevitable y necesario compararlo con Charles Darwin (y Alfred Russel Wallace), quien propuso la teoría de la evolución por selección natural medio siglo después. Esta comparación, aunque la teoría de Darwin se desarrolla más tarde en el texto fuente, nos ayuda a comprender la especificidad de la propuesta lamarckiana y por qué la ciencia eventualmentesiguió otro camino para explicar el mecanismo evolutivo.

CaracterísticaTeoría de LamarckTeoría de Darwin/Wallace
Mecanismo PrincipalUso y desuso de órganos; Herencia de caracteres adquiridos.Variación aleatoria; Selección natural.
Unidad de CambioEl individuo (adquiere y hereda cambios).La población (la selección actúa sobre individuos, pero el cambio evolutivo ocurre a nivel poblacional).
Naturaleza de la VariaciónDirigida por la necesidad/adaptación al ambiente; No aleatoria.Aleatoria o ciega; No orientada a la adaptación a priori.
HerenciaSe heredan las características adquiridas durante la vida del individuo.Se heredan características presentes en los progenitores (independientemente de si fueron adquiridas durante su vida); Darwin no conocía las leyes de la herencia, pero postulaba que se heredaban las variaciones.
Dirección de la EvoluciónNecesaria, gradual, ascendente, continua (hacia mayor complejidad).Depende de las variaciones disponibles y las presiones selectivas del ambiente; No tiene una dirección intrínseca hacia la complejidad o perfección.

Como se observa en la tabla, las diferencias son fundamentales, especialmente en el mecanismo del cambio y la unidad sobre la que opera. Para Lamarck, un órgano se modifica *porque se usa* de una manera nueva dictada por el ambiente, y esa modificación pasa a la siguiente generación. Para Darwin, existen *variaciones preexistentes* (aleatorias) en una población, y el ambiente *selecciona* a aquellos individuos con variaciones que les confieren una ventaja para sobrevivir y reproducirse, y son ellos quienes pasan sus características (no adquiridas) a la descendencia.

El Legado de Lamarck y su Reevaluación por la Ciencia Posterior

La teoría de Lamarck, a pesar de su influencia inicial y de ofrecer una explicación coherente para el aumento de la complejidad y la diversidad, encontró pronto oponentes. Científicos como Cuvier, un experto en anatomía comparada y paleontología, plantearon objeciones que, aunque basadas en otros principios (como el teleológico mencionado en el texto), señalaban dificultades en la visión lamarckiana.

El golpe más decisivo a la teoría de Lamarck, particularmente a la herencia de los caracteres adquiridos, provino de los avances científicos posteriores. A finales del siglo XIX y principios del XX, experimentos (como los de August Weismann cortando las colas de ratones a lo largo de varias generaciones, aunque este ejemplo no está en el texto, ilustra el tipo de objeción empírica) y, crucialmente, el redescubrimiento de las leyes de la herencia de Gregor Mendel, demostraron que la herencia sigue principios diferentes. Mendel estableció la existencia de "factores" (más tarde llamados genes) que se heredan de manera discreta e independiente, sin que las modificaciones somáticas (del cuerpo) adquiridas durante la vida parezcan transmitirse a través de las células reproductivas (gametos).

La distinción fundamental que se consolidó, especialmente con el desarrollo de la genética en el siglo XX y la formulación de la teoría sintética de la evolución, fue entre el genotipo (la información genética heredada) y el fenotipo (las características observables de un organismo, resultado de la interacción entre el genotipo y el ambiente). Se estableció que los cambios evolutivos se originan en el genotipo (por mutaciones aleatorias, por ejemplo), y no en el fenotipo como proponía Lamarck. El llamado "dogma central de la biología molecular" (aunque ha sido matizado, su esencia se mantuvo por mucho tiempo como principio) reforzó la idea de que la información fluye del ADN (genotipo) a las proteínas (fenotipo), pero no a la inversa, impidiendo que los cambios adquiridos en el fenotipo influyan en el genotipo heredable.

A pesar de que la herencia de los caracteres adquiridos fue rechazada por la biología mendeliana y la síntesis moderna, es importante reconocer el inmenso valor histórico de Lamarck. Fue el primero en articular una teoría coherente y sistemática de la evolución, proponiendo que la vida cambia a lo largo del tiempo y que las especies actuales descienden de antepasados diferentes. Su trabajo sentó las bases para que pensadores posteriores como Darwin pudieran desarrollar sus propias ideas, incluso si sus mecanismos explicativos diferían fundamentalmente.

El texto fuente menciona que Darwin, en ediciones posteriores de El origen de las especies, llegó a matizar su rechazo a la herencia de caracteres adquiridos, e incluso aceptó la posibilidad de mecanismos de tipo lamarckiano. Esto ocurrió en parte debido a las objeciones que enfrentaba su propia teoría en ese momento (como los cálculos de Lord Kelvin sobre la edad de la Tierra, que parecían no dar tiempo suficiente para la evolución gradual por selección natural si la herencia era como Darwin inicialmente pensaba) y a la falta de conocimiento sobre los mecanismos de la herencia (las leyes de Mendel aún no eran ampliamente conocidas o aceptadas). Sin embargo, esta apertura de Darwin a ideas lamarckianas fue más una respuesta a las dificultades de su propia teoría antes del descubrimiento de la genética, y no valida el mecanismo lamarckiano a la luz del conocimiento actual.

Preguntas Frecuentes sobre la Teoría de Lamarck

Abordemos algunas preguntas comunes que surgen al estudiar la teoría de Lamarck y su lugar en la historia de la biología evolutiva:

¿Fue correcta la teoría de Lamarck?

Aunque Lamarck fue pionero al proponer que las especies evolucionan, el mecanismo principal que postuló, la herencia de los caracteres adquiridos por uso y desuso, ha sido ampliamente refutado por la biología moderna, especialmente por la genética. La ciencia actual no respalda la idea de que las modificaciones adquiridas durante la vida de un organismo, como el desarrollo muscular por ejercicio o la pérdida de una extremidad, se transmitan directamente a la descendencia.

¿Cuál es la principal diferencia entre la teoría de Lamarck y la de Darwin?

La diferencia fundamental radica en el mecanismo del cambio y la naturaleza de la variación. Lamarck propuso que los organismos cambian activamente en respuesta a su ambiente (uso/desuso) y heredan esos cambios adquiridos, en un proceso dirigido y ascendente. Darwin y Wallace propusieron que existe variación aleatoria inherente en las poblaciones y que el ambiente actúa seleccionando a los individuos mejor adaptados (selección natural), quienes sobreviven y se reproducen más, pasando así sus características (no adquiridas) a la siguiente generación. La evolución darwiniana es un proceso de selección sobre la variación preexistente, no de herencia de adaptaciones adquiridas individualmente.

¿Creía Darwin en la herencia de los caracteres adquiridos?

Inicialmente, Darwin rechazó explícitamente la herencia de los caracteres adquiridos en la primera edición de El origen de las especies, o al menos no la consideró el mecanismo principal. Sin embargo, como menciona el texto, en ediciones posteriores y ante ciertas objeciones a su propia teoría (antes del conocimiento de la genética mendeliana), Darwin sí llegó a matizar su postura y a considerar la posibilidad de mecanismos de tipo lamarckiano en la transmisión de caracteres.

¿Qué significa la frase "la función crea al órgano" en el contexto lamarckiano?

Esta frase resume la idea de Lamarck de que el uso intensivo de un órgano en respuesta a las necesidades ambientales conduce a su desarrollo y fortalecimiento, mientras que el desuso lleva a su atrofia. Es la "función" (la actividad del órgano dictada por el entorno) la que, según esta visión, moldea la "forma" o estructura del órgano, y este cambio es luego heredado.

Conclusión

Jean-Baptiste Lamarck fue una figura monumental en la historia de la biología. Fue el primero en ofrecer una teoría coherente del transformismo o la evolución, desafiando la visión estática del mundo vivo que había prevalecido durante siglos. Sus principios de uso y desuso y la herencia de los caracteres adquiridos proporcionaron un marco para entender cómo los seres vivos podrían adaptarse a su entorno y cambiar con el tiempo, progresando hacia formas más complejas. Aunque su mecanismo específico de herencia fue refutado por los avances posteriores en genética, la audacia de su propuesta y su reconocimiento de que la vida tiene una historia de cambio y descendencia sentaron las bases para el desarrollo de la teoría evolutiva moderna. Lamarck nos legó no solo una teoría que eventualmente sería superada, sino también el concepto fundamental de que las especies evolucionan, un pilar esencial de la biología contemporánea.

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Jesús Porta Etessam

Soy licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la Universidad Complutense de Madrid. Me formé como especialista en Neurología realizando la residencia en el Hospital 12 de Octubre bajo la dirección de Alberto Portera y Alfonso Vallejo, donde también ejercí como adjunto durante seis años y fui tutor de residentes. Durante mi formación, realicé una rotación electiva en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.Posteriormente, fui Jefe de Sección en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y actualmente soy jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Tengo el honor de ser presidente de la Sociedad Española de Neurología, además de haber ocupado la vicepresidencia del Consejo Español del Cerebro y de ser Fellow de la European Academy of Neurology.A lo largo de mi trayectoria, he formado parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología como vocal de comunicación, relaciones internacionales, director de cultura y vicepresidente de relaciones institucionales. También dirigí la Fundación del Cerebro.Impulsé la creación del grupo de neurooftalmología de la SEN y he formado parte de las juntas de los grupos de cefalea y neurooftalmología. Además, he sido profesor de Neurología en la Universidad Complutense de Madrid durante más de 16 años.

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