What are the three rules of neuroplasticity?

Alzheimer: Impacto Temprano en Sinapsis

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La enfermedad de Alzheimer (EA) es un trastorno neurodegenerativo devastador, conocido principalmente por sus efectos profundos en la memoria y las capacidades cognitivas. Si bien las placas amiloides y los ovillos de tau son sus sellos distintivos patológicos, la investigación reciente sugiere que el daño comienza mucho antes, afectando las conexiones fundamentales entre nuestras neuronas: las sinapsis. Específicamente, la plasticidad sináptica, el proceso por el cual las sinapsis se fortalecen o debilitan en respuesta a la actividad, se ve gravemente comprometida en las etapas tempranas de la enfermedad, incluso antes de la acumulación masiva de agregados proteicos. Este compromiso temprano de las sinapsis es un evento clave que subyace a los primeros síntomas cognitivos.

How does Alzheimer's affect synaptic plasticity?
Toxic Aβ oligomers hijack normal developmental programs, such as use-dependent synaptic plasticity and dendritic pruning. Loss of dendritic spines occurs early during AD and is potentially reversible.

La plasticidad sináptica es la base celular del aprendizaje y la memoria. Permite que nuestros cerebros se adapten y cambien a lo largo de la vida. Dos formas principales de plasticidad sináptica a largo plazo son la Potenciación a Largo Plazo (LTP) y la Depresión a Largo Plazo (LTD). La LTP es un aumento persistente en la fuerza de una conexión sináptica después de una estimulación de alta frecuencia, a menudo considerada como el mecanismo por el cual se forman los recuerdos. La LTD, por otro lado, es una disminución persistente en la fuerza sináptica después de una estimulación de baja frecuencia, importante para eliminar información irrelevante o modificar circuitos existentes.

En el cerebro sano, estos dos procesos están finamente equilibrados, permitiendo una codificación y recuperación de información eficiente. Sin embargo, en el contexto del Alzheimer, este equilibrio se rompe. Los protagonistas tempranos de este daño parecen ser los oligómeros solubles de beta-amiloide (Aβ). A diferencia de las placas amiloides insolubles que se acumulan más tarde, estas pequeñas agrupaciones de péptidos Aβ son altamente móviles y tóxicas para las sinapsis.

Índice de Contenido

Los Oligómeros de Beta-Amiloide: Un Ataque Sináptico Temprano

Los péptidos beta-amiloide se generan a partir del procesamiento de una proteína precursora amiloide (APP). En la EA, hay un desequilibrio en su producción y eliminación, lo que lleva a su acumulación. No son las grandes placas las que causan el daño sináptico inicial, sino los oligómeros solubles. Estos oligómeros tienen una afinidad particular por las sinapsis, donde pueden unirse a una variedad de proteínas postsinápticas y presinápticas, interrumpiendo su función normal.

Una de las interacciones clave de los oligómeros de Aβ es con los receptores de glutamato, que son fundamentales para la transmisión excitatoria en el cerebro. Los receptores NMDA (NMDARs) y los receptores metabotrópicos de glutamato tipo 5 (mGluR5) son particularmente relevantes. Estos receptores desempeñan papeles cruciales tanto en la transmisión sináptica basal como en la inducción de LTP y LTD.

Desregulación de la Plasticidad Sináptica: El Desequilibrio Fatal

La presencia de oligómeros de Aβ altera drásticamente la función de los NMDARs y mGluR5 en las sinapsis. Se ha demostrado en numerosos estudios, tanto in vitro como en modelos animales de EA, que los oligómeros de Aβ tienen dos efectos principales sobre la plasticidad sináptica: inhiben la inducción de LTP y promueven la LTD. Esto significa que el cerebro se vuelve menos capaz de fortalecer las conexiones sinápticas necesarias para formar nuevos recuerdos (LTP) y, al mismo tiempo, se vuelve propenso a debilitar excesivamente las conexiones existentes (LTD). Este desequilibrio es un golpe directo a los mecanismos de aprendizaje y memoria.

La forma en que los oligómeros de Aβ logran esto es compleja y multifacética. Pueden afectar directamente la conductancia y la localización de los receptores en la membrana postsináptica. Por ejemplo, pueden causar la remoción de NMDARs de la sinapsis o alterar la señalización intracelular que sigue a la activación del receptor.

La Pérdida de Espinas Dendríticas: Desmantelando la Estructura Sináptica

El impacto de los oligómeros de Aβ no se limita a la función de la plasticidad; también afecta la estructura física de las sinapsis. Las sinapsis excitatorias en el cerebro se encuentran predominantemente en pequeñas protuberancias de las dendritas neuronales llamadas espinas dendríticas. Estas espinas son compartimentos bioquímicos dinámicos que albergan la maquinaria molecular necesaria para la transmisión y plasticidad sináptica.

Una característica temprana y notable de la patología de Alzheimer es la pérdida de espina dendrítica. Los oligómeros de Aβ inducen una rápida retracción y eliminación de estas estructuras vitales. Esta pérdida estructural reduce físicamente el número de conexiones sinápticas, contribuyendo directamente a la disfunción de los circuitos neuronales. Es importante destacar que esta pérdida de espinas dendríticas a menudo precede a la formación de las placas amiloides y los ovillos de tau, consolidando la idea de que el daño sináptico es uno de los eventos iniciadores en la cascada de la enfermedad.

Más Allá de la Sinapsis Directa: Tau y Disfunción Celular

Aunque los efectos directos de los oligómeros de Aβ sobre los receptores sinápticos son cruciales, también desencadenan cascadas intracelulares que contribuyen al daño. Una vía importante implica la proteína tau. Normalmente, tau es una proteína asociada a los microtúbulos que ayuda a estabilizar el citoesqueleto neuronal y es importante para el transporte axonal.

Los oligómeros de Aβ, particularmente a través de la activación de NMDARs y mGluR5 extrasinápticos (receptores ubicados fuera de la sinapsis), promueven la hiperfosforilación de tau. Cuando tau se hiperfosforila, se desprende de los microtúbulos, agregándose para formar los ovillos neurofibrilares característicos del Alzheimer. Pero antes de formar ovillos macroscópicos, la tau hiperfosforilada disfuncional interrumpe el transporte de orgánulos vitales, como las mitocondrias, hacia las sinapsis.

Las mitocondrias son las centrales energéticas de la célula, y su transporte eficiente a las sinapsis es esencial para proporcionar la energía y regular el calcio necesarios para la transmisión y plasticidad sináptica. La disfunción mitocondrial inducida por la tau hiperfosforilada conduce a una alteración de la homeostasis del calcio y a un déficit energético en las sinapsis, empeorando aún más la disfunción sináptica y la pérdida de espinas.

El Papel de las Células Gliales: Poda Sináptica Descontrolada

El cerebro contiene células de soporte llamadas glía, incluyendo microglía (las células inmunes residentes) y astrocitos. Estas células desempeñan funciones cruciales en el mantenimiento de la salud sináptica, incluida la eliminación de sinapsis débiles o innecesarias a través de un proceso llamado poda sináptica, a menudo mediado por componentes del sistema del complemento (parte del sistema inmune).

En el Alzheimer, los oligómeros de Aβ activan crónicamente estas células gliales. La microglía y los astrocitos activados pueden volverse 'hiperactivos' en sus funciones de poda. En lugar de eliminar solo sinapsis disfuncionales, comienzan a atacar y eliminar sinapsis sanas, especialmente aquellas que se han vuelto vulnerables debido a la presencia de Aβ y la disfunción inducida. Este proceso de poda sináptica mediada por el complemento, impulsado por la glía activada por Aβ, contribuye significativamente a la pérdida masiva de sinapsis observada en la EA.

Resumen del Impacto Temprano en la Sinapsis

Para entender mejor los cambios, comparemos una sinapsis saludable con una en las etapas tempranas del Alzheimer:

CaracterísticaSinapsis SaludableSinapsis en Alzheimer Temprano (Presencia de Oligómeros Aβ)
Plasticidad SinápticaEquilibrio entre LTP (potenciación) y LTD (depresión). Capacidad robusta para fortalecer y debilitar conexiones.Desequilibrio: LTP inhibida, LTD promovida. Dificultad para formar y mantener nuevas conexiones fuertes.
Oligómeros Beta-AmiloideAusentes o en niveles muy bajos, rápidamente eliminados.Presentes en niveles elevados, se acumulan y se unen a componentes sinápticos.
Receptores (NMDARs, mGluR5)Funcionales, correctamente localizados en la sinapsis, responden adecuadamente al glutamato.Función alterada, localización incorrecta (ej. NMDARs removidos de la sinapsis), señalización intracelular disfuncional.
Espinas DendríticasAbundantes, diversas en tamaño y forma, dinámicas pero estables en número general.Pérdida significativa y temprana de espina dendrítica. Estructura sináptica comprometida.
Proteína TauNormalmente fosforilada, asociada a microtúbulos, soporta el transporte axonal.Hiperfosforilada (inducido por Aβ/receptores extrasinápticos), se desprende de microtúbulos, interrumpe el transporte.
Mitocondrias en SinapsisTransporte eficiente, suministro adecuado de energía y regulación de calcio.Transporte afectado (por tau), disfunción energética, alteración de la homeostasis del calcio.
Células Gliales (Microglía, Astrocitos)Funciones de soporte y poda controlada, mantienen la homeostasis sináptica.Activación crónica por Aβ, poda sináptica excesiva mediada por complemento, eliminación de sinapsis sanas.

Esta tabla ilustra cómo múltiples factores, todos desencadenados o exacerbados por los oligómeros de Aβ, convergen para desmantelar la función y estructura de las sinapsis en las primeras etapas de la EA.

Implicaciones Terapéuticas y la Esperanza de Reversibilidad

La comprensión de que el daño sináptico es un evento temprano y central en la patología de Alzheimer abre nuevas vías para la intervención terapéutica. Dado que la pérdida de espina dendrítica y la disfunción sináptica preceden a la formación de ovillos neurofibrilares y placas amiloides a gran escala, y que la pérdida de espinas es potencialmente reversible en ciertas condiciones, las estrategias dirigidas a proteger o restaurar la función sináptica en las etapas tempranas de la enfermedad son de gran interés.

Los posibles objetivos terapéuticos incluyen:

  • Reducir la formación o promover la eliminación de oligómeros solubles de Aβ.
  • Bloquear o modular la interacción de los oligómeros de Aβ con receptores sinápticos y extrasinápticos clave como NMDARs y mGluR5.
  • Desarrollar estrategias para prevenir la hiperfosforilación de tau inducida por Aβ y restaurar el transporte axonal.
  • Modular la actividad de las células gliales para prevenir la poda sináptica excesiva.
  • Promover mecanismos endógenos de reparación y crecimiento sináptico.

El hecho de que el daño sináptico temprano pueda ser, hasta cierto punto, reversible, ofrece una ventana de oportunidad para intervenir antes de que se produzca una neurodegeneración irreversible a gran escala.

Preguntas Frecuentes

¿Qué son exactamente los oligómeros de beta-amiloide?
Son pequeñas agrupaciones solubles de péptidos beta-amiloide. A diferencia de las placas amiloides grandes e insolubles, son móviles y se consideran altamente tóxicos para las sinapsis en las primeras etapas del Alzheimer.

¿Por qué es tan importante la plasticidad sináptica?
La plasticidad sináptica es el proceso por el cual las sinapsis se fortalecen (LTP) o debilitan (LTD). Es el mecanismo fundamental que permite al cerebro aprender y formar recuerdos en respuesta a la experiencia.

¿Cómo afectan los oligómeros de Aβ a la plasticidad sináptica?
Principalmente, inhiben la capacidad de las sinapsis para fortalecerse (LTP) y promueven su debilitamiento excesivo (LTD). Esto altera el equilibrio necesario para el aprendizaje y la memoria.

¿La pérdida de espinas dendríticas es lo mismo que la muerte neuronal?
No. La pérdida de espinas dendríticas es la retracción o eliminación de las pequeñas protuberancias en las dendritas donde se forman las sinapsis. Ocurre mucho antes que la muerte neuronal masiva y representa una pérdida de conexiones, no de las neuronas mismas. Es un proceso que, en teoría, podría ser reversible en sus etapas iniciales.

¿Qué papel juega la proteína tau si los oligómeros de Aβ son los que inician el daño sináptico?
Los oligómeros de Aβ pueden desencadenar la hiperfosforilación de tau, especialmente a través de receptores fuera de la sinapsis. La tau hiperfosforilada interrumpe funciones celulares vitales, como el transporte de mitocondrias a las sinapsis, exacerbando la disfunción sináptica y la pérdida de espinas. Ambas patologías, Aβ y tau, interactúan de forma compleja para causar la enfermedad.

¿Significa esto que tratar el daño sináptico temprano podría prevenir el Alzheimer?
Dirigirse al daño sináptico temprano es una estrategia prometedora para retrasar o mitigar la progresión de la enfermedad. Dado que precede a la neurodegeneración a gran escala, intervenir en esta fase podría tener un impacto significativo en la preservación de la función cognitiva. Sin embargo, el Alzheimer es una enfermedad compleja con múltiples factores contribuyentes.

Conclusión

La investigación reciente ha iluminado el hecho de que la enfermedad de Alzheimer no espera a la formación de placas y ovillos para empezar a causar estragos. Desde las etapas más tempranas, los oligómeros solubles de beta-amiloide atacan directamente las sinapsis, las unidades fundamentales de la comunicación cerebral. Al unirse a receptores clave como NMDARs y mGluR5, estos oligómeros desequilibran la plasticidad sináptica, inhibiendo la potenciación (LTP) y promoviendo la depresión (LTD), minando la capacidad del cerebro para aprender y recordar.

Este asalto funcional se acompaña de un daño estructural: la pérdida prematura de espina dendrítica, reduciendo el número de conexiones activas. Además, los oligómeros de Aβ desencadenan cascadas perjudiciales que involucran la hiperfosforilación de tau, alterando el transporte mitocondrial y la homeostasis del calcio, y activan la glía para podar sinapsis de manera inapropiada. Estos múltiples mecanismos convergentes explican por qué la disfunción sináptica es tan temprana y devastadora en el Alzheimer.

La comprensión detallada de estos procesos tempranos no solo nos ayuda a entender mejor cómo comienza la enfermedad, sino que también señala múltiples objetivos potenciales para terapias neuroprotectoras. La esperanza reside en poder intervenir en estas etapas iniciales, protegiendo la integridad sináptica y, quizás, restaurando las conexiones perdidas, antes de que el daño sea irreversible y la luz de la memoria se apague por completo.

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Jesús Porta Etessam

Soy licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la Universidad Complutense de Madrid. Me formé como especialista en Neurología realizando la residencia en el Hospital 12 de Octubre bajo la dirección de Alberto Portera y Alfonso Vallejo, donde también ejercí como adjunto durante seis años y fui tutor de residentes. Durante mi formación, realicé una rotación electiva en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.Posteriormente, fui Jefe de Sección en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y actualmente soy jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Tengo el honor de ser presidente de la Sociedad Española de Neurología, además de haber ocupado la vicepresidencia del Consejo Español del Cerebro y de ser Fellow de la European Academy of Neurology.A lo largo de mi trayectoria, he formado parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología como vocal de comunicación, relaciones internacionales, director de cultura y vicepresidente de relaciones institucionales. También dirigí la Fundación del Cerebro.Impulsé la creación del grupo de neurooftalmología de la SEN y he formado parte de las juntas de los grupos de cefalea y neurooftalmología. Además, he sido profesor de Neurología en la Universidad Complutense de Madrid durante más de 16 años.

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