¿Qué es la visión ciega?

La Visión Ciega: Ver sin Ser Consciente

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La visión ciega, conocida en inglés como “blindsight”, es una condición neurológica intrigante que presenta una paradoja asombrosa: las personas que la padecen son capaces de procesar información visual y responder a ella, a pesar de afirmar no ser conscientes de ver nada. Este fenómeno ha capturado la atención de científicos y filósofos por igual, ya que parece arrojar luz sobre la naturaleza misma de la conciencia, un concepto que la humanidad aún se esfuerza por comprender plenamente.

El término “visión ciega” fue acuñado a principios de la década de 1970 por el psicólogo inglés Lawrence Weiskrantz, quien realizó experimentos pioneros con pacientes que presentaban este trastorno. Estos individuos, a pesar de negar rotundamente tener alguna percepción consciente de los objetos o el entorno frente a ellos, demostraban una capacidad sorprendente para interactuar con su mundo visual de maneras que sugieren que, de alguna forma, sí están percibiendo.

¿Cómo es la visión de las personas ciegas?
Las personas con ceguera de nacimiento pueden no ver nada. Sin embargo, las que quedaron ciegas después de ver durante un tiempo pueden ver otras cosas como el color. Para muchas de ellas, los colores parpadean como luces y vienen en diferentes formas. Incluso a veces un único color tiene otro de fondo.
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Los Fascinantes Síntomas de la Visión Ciega

La característica definitoria de la visión ciega es la disociación entre la capacidad de respuesta a estímulos visuales y la falta de conciencia de esa respuesta. Los pacientes con visión ciega no ven conscientemente, pero sus cerebros sí reciben y procesan información. Esto se manifiesta en habilidades que parecerían imposibles para alguien que es verdaderamente ciego en el sentido convencional.

Por ejemplo, se ha observado que personas con visión ciega pueden caminar por un pasillo salpicado de obstáculos, como cajas o sillas, y evitarlos sin tropezar ni caer. Si se les pregunta después cómo lo hicieron, a menudo no tienen una explicación consciente; simplemente actuaron como si pudieran ver.

Los experimentos de Weiskrantz y otros investigadores han demostrado que estos pacientes pueden "intuir" o adivinar con una precisión significativamente mayor que el azar ciertas propiedades de los objetos. Son capaces de percibir, por ejemplo, el color o la ubicación de un objeto presentado en su campo visual "ciego". También pueden discriminar la orientación de líneas o enrejados, e incluso reconocer la expresión de un rostro, aunque insistan en que no están viendo nada.

Estas capacidades sugieren la existencia de vías visuales que operan por debajo del umbral de la conciencia, permitiendo al cerebro reaccionar a la información visual sin que la experiencia subjetiva de ver se produzca.

El Origen Neurológico: Daño en la Vía Principal

Actualmente, se sabe que la visión ciega es una condición neurológica que se produce típicamente como resultado de un daño en la corteza visual primaria (V1), también conocida como área de Brodmann 17. Esta área, ubicada en el lóbulo occipital en la parte posterior del cerebro, es tradicionalmente considerada la principal responsable del procesamiento consciente de la visión.

El proceso visual normal comienza cuando la luz entra en los ojos y es convertida en señales eléctricas por las células fotorreceptoras. Esta información viaja a través del nervio óptico y diversas estaciones de relevo (como el núcleo geniculado lateral del tálamo) hasta llegar a la corteza visual primaria. Es en V1 donde gran parte de la información visual inicial se procesa y organiza antes de ser enviada a otras áreas cerebrales para un procesamiento más complejo y, crucialmente, para generar la experiencia consciente de ver.

¿Qué es la visión ciega?
La visión ciega es una condición neurológica que hace que las personas que la padecen vean aunque no sean conscientes de que ven. Un fenómeno que, según filósofos, puede arrojar luz sobre lo que es la conciencia, tema en el que la humanidad todavía está relativamente a oscuras.

En las personas con visión ciega, la corteza visual primaria está dañada. Esto significa que la información visual que llega a esta área no puede ser procesada adecuadamente por la vía principal que conduce a la conciencia visual. Como resultado, la persona no es consciente de tener esa información; no tiene la experiencia subjetiva de ver los objetos o el entorno.

Sin embargo, el sistema visual no depende exclusivamente de la corteza visual primaria. Existen otras vías visuales, a menudo denominadas vías subcorticales o vías "ciegas", que llevan información visual desde los ojos o las estaciones de relevo tempranas a otras áreas del cerebro, sin pasar (o pasando de forma limitada) por V1. Estas áreas, como el colículo superior en el tronco encefálico o partes de la amígdala y otras áreas corticales secundarias, pueden estar intactas en pacientes con daño en V1.

Son estas vías alternativas, que operan fuera de la corteza visual primaria dañada, las que se cree que permiten a las personas con visión ciega procesar información visual de forma inconsciente y realizar las tareas sorprendentes que demuestran.

Un Espejo Hacia la Conciencia

La visión ciega se ha convertido en un caso de estudio fundamental para los filósofos y neurocientíficos interesados en la naturaleza de la conciencia. Como señala Henry Taylor, de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Birmingham, Inglaterra, la visión ciega es un "ejemplo particularmente llamativo de un fenómeno general: qué sucede en el cerebro debajo de la superficie de la conciencia". Este fenómeno no solo se aplica a las personas con visión ciega, sino también, en menor medida, a las personas sin esta condición, ya que gran parte de nuestro procesamiento cerebral diario ocurre de forma inconsciente.

Determinar si alguien es consciente de algo en particular es una tarea "complicada y muy delicada". No existe una forma objetiva, como un escáner o una sonda, para "probar" la conciencia de manera directa. La conciencia es, por definición, una experiencia subjetiva y privada. La forma más común de evaluar la conciencia es simplemente preguntar a la persona, pero interpretar lo que alguien dice sobre sus propias experiencias internas puede ser difícil y está sujeto a diversas interpretaciones.

El hecho de que las personas con visión ciega no sean conscientes de lo que ven, a pesar de demostrar que su cerebro lo procesa, proporciona una herramienta "emocionante" para investigar la función de la conciencia. Al observar lo que el cerebro puede hacer sin que la persona sea consciente de ello (como evitar obstáculos o adivinar la orientación), los investigadores pueden intentar determinar qué tareas o procesos requieren, en última instancia, la presencia de conciencia para ser ejecutados de manera efectiva o para llevar a la experiencia subjetiva. Esto, a su vez, podría ayudar a desentrañar cuál es la función evolutiva de la conciencia, una pregunta fundamental sobre la que aún estamos "relativamente a oscuras".

¿Qué es la visión ciega afectiva?
Una de las áreas más interesantes es la visión ciega afectiva. Esto implica que incluso sin la conciencia de estar viendo algo que puede asustarnos, en nuestro cerebro puede producirse una respuesta de miedo. De hecho, incluso podemos tener una respuesta de miedo condicionado a un estímulo visual de forma inconsciente.

Por otro lado, si se pudiera demostrar que las personas con visión ciega son, de alguna manera, conscientes de lo que está frente a ellas, esto plantearía "preguntas interesantes y emocionantes sobre los límites de la conciencia". ¿Cómo sería esa conciencia? ¿En qué se diferenciaría de los tipos de conciencia visual más familiares? ¿Y dónde comienza y termina la conciencia precisamente en el cerebro? Si la conciencia visual puede existir a pesar del daño en la corteza visual primaria, ¿qué papel juega realmente esta área en la generación de la experiencia consciente?

Navegando Conceptos Difusos

La investigación de la visión ciega también resalta cómo esta condición revela los "límites difusos en los bordes de la visión y la conciencia". En casos tan inusuales, los conceptos que usamos habitualmente, como "percepción", "conciencia" y "ver", pueden no ser suficientes para describir y explicar adecuadamente lo que realmente está sucediendo en el cerebro y en la experiencia del paciente.

El objetivo de investigaciones como la de Henry Taylor es desarrollar "puntos de vista más matizados de percepción y conciencia" que puedan ayudarnos a comprender estos "bordes claramente difusos". Para lograr esta comprensión, se necesita un enfoque dual: por un lado, una "cuidadosa reflexión filosófica sobre los conceptos que usamos y los supuestos que hacemos", y por otro, una "investigación científica exhaustiva de la mecánica de la mente". La visión ciega, por lo tanto, no es solo un tema de neurociencia; es un punto de encuentro crucial para la neurociencia y la filosofía.

La Dimensión Emocional: Visión Ciega Afectiva

Gran parte de nuestro conocimiento sobre el cerebro humano proviene del estudio de pacientes con daño cerebral localizado. Entre los efectos más notables de tales lesiones se encuentra la ceguera cortical.

La ceguera cortical es una forma de pérdida de visión causada por daño en la corteza visual, típicamente en el lóbulo occipital. Aunque tradicionalmente se pensaba que esta área era la única responsable de la visión, el estudio de pacientes con ceguera cortical ha demostrado que no es así estrictamente. La corteza visual, y en particular V1, es esencial para la visión consciente, pero otras áreas permiten el procesamiento visual inconsciente, dando lugar al fenómeno del "blindsight" o visión ciega.

Cuando una persona sufre ceguera cortical, reporta que no puede ver nada. Sin embargo, los estudios de caso han revelado la existencia de la visión ciega en estos pacientes. Si a un paciente con ceguera cortical se le pide que identifique la forma o la localización de un objeto, dirá que no puede hacerlo porque no ve. Pero si se le insiste en que "adivine", sus respuestas son significativamente más precisas de lo que cabría esperar por puro azar.

Esta capacidad de procesamiento inconsciente abre muchas posibilidades de investigación. Una de las áreas más interesantes es la visión ciega afectiva. Este fenómeno implica que, incluso sin la conciencia de estar viendo algo que podría generar miedo, el cerebro puede producir una respuesta emocional de miedo.

¿Qué es vista ciega?
Se denomina visión ciega (Blindsight) al fenómeno tradicionalmente estudiado en pacientes con lesiones en su córtex visual primario (V1), quienes logran discriminar estímulos visuales pese a no tener consciencia de haberlos percibido.

Incluso es posible que se produzca una respuesta de miedo condicionada a un estímulo visual de forma completamente inconsciente. Un estudio realizado en 2003 por Hamm et al. con un paciente con ceguera cortical demostró esto. Crearon una respuesta de miedo condicionada en el paciente asociando una clave visual con un calambre. Posteriormente, el paciente mostró respuestas de miedo anticipatorio (medidas fisiológicamente) ante la presentación de la clave visual, a pesar de no tener ninguna conciencia visual de que la clave estaba presente.

Este hallazgo sugiere que las sensaciones y respuestas de miedo no siempre necesitan pasar por la corteza cerebral para ser procesadas de forma que generen una respuesta. En muchas ocasiones, pueden seguir una vía subcortical más directa que involucra a la amígdala. La amígdala es una estructura cerebral clave en el procesamiento de las emociones, especialmente el miedo. Esta vía subcortical permitiría que existiera una respuesta de miedo de forma inconsciente.

Este es posiblemente el mecanismo que estaba operando en el caso del paciente TN, estudiado por Burra et al. en 2013. El paciente TN sufría de ceguera cortical. Se investigó su capacidad para procesar estímulos visuales complejos como las caras. Se le presentaron imágenes de caras y se le pidió que "adivinara" si la mirada de la cara estaba dirigida hacia él o no. Inicialmente, TN dijo que no podía saberlo. Sin embargo, al insistirle en que intentara adivinarlo, sus respuestas fueron significativamente más precisas que el azar.

Un resultado particularmente interesante de este estudio fue que, cuando las imágenes mostraban una mirada directa hacia el paciente, se observó una activación de la amígdala, medida mediante resonancia magnética funcional. Esta misma activación de la amígdala ante la mirada directa también se observó en un grupo control de personas sin lesiones cerebrales.

Estos hallazgos nos llevan a reflexionar sobre experiencias cotidianas. ¿Podría ser que la sensación de inquietud que a veces sentimos cuando pensamos que alguien nos está mirando, incluso si no estamos seguros de haberlo visto conscientemente, se deba a que hemos percibido una mirada de forma inconsciente a través de vías subcorticales, activando la amígdala? La necesidad evolutiva de detectar amenazas, como la mirada de un depredador o un rival, podría explicar por qué existen estas vías rápidas e inconscientes que alertan a la amígdala.

En definitiva, la parte inconsciente de nuestra percepción visual, ejemplificada por la visión ciega y la visión ciega afectiva, todavía tiene mucho que explicar sobre cómo interactuamos con el mundo y cómo se generan algunas de nuestras respuestas emocionales y sensaciones diarias.

Comparativa: Visión Consciente vs. Visión Ciega

CaracterísticaVisión Consciente NormalVisión Ciega
Principal Área de Procesamiento ConscienteCorteza Visual Primaria (V1)Dañada o Inactiva para la Conciencia
Vías de ProcesamientoVía principal a través de V1 y áreas superioresPrincipalmente vías subcorticales y otras áreas intactas
Conciencia Subjetiva de VerPresenteAusente
Capacidad para Responder a Estímulos VisualesBasada en percepción conscienteDemostrada (ej. evitar obstáculos, adivinar propiedades)
Ejemplos de HabilidadesReconocimiento detallado de objetos, lectura, etc.Navegar entorno, intuir localización/orientación, respuestas afectivas

Preguntas Frecuentes sobre la Visión Ciega

¿Qué significa exactamente "ver sin ser consciente" en la visión ciega?
Significa que el cerebro de la persona procesa información visual (detecta la presencia, ubicación o características de objetos) y puede usar esa información para guiar el comportamiento (como moverse o responder), pero la persona no tiene la experiencia subjetiva de "ver" esos objetos. No son conscientes de que están recibiendo o utilizando esa información visual.
¿Es la visión ciega lo mismo que estar completamente ciego?
No. Una persona completamente ciega normalmente no recibe ni procesa información visual de manera significativa. En la visión ciega, el problema no es la recepción de la señal visual (los ojos y los nervios ópticos suelen estar intactos), sino el procesamiento consciente de esa señal debido a daño en la corteza visual primaria. El cerebro sigue procesando la información a través de otras vías.
¿Qué parte del cerebro está afectada en la visión ciega?
La causa principal de la visión ciega es el daño en la corteza visual primaria (V1), ubicada en el lóbulo occipital del cerebro. Esta área es crucial para generar la experiencia consciente de la visión.
¿Cómo pueden las personas con visión ciega realizar tareas como evitar obstáculos?
Aunque la vía principal a la conciencia visual (que pasa por V1) está dañada, existen otras vías visuales (subcorticales o que van a otras áreas corticales secundarias) que permanecen intactas. Estas vías procesan información visual de forma inconsciente y pueden guiar acciones reflejas o intuitivas, permitiendo al cerebro reaccionar al entorno sin que la persona sea consciente de por qué lo hace.
¿Qué nos enseña la visión ciega sobre la conciencia?
La visión ciega sugiere que gran parte del procesamiento cerebral, incluida la recepción y el uso de información sensorial, puede ocurrir sin generar conciencia. Ayuda a los investigadores a diferenciar las funciones que requieren conciencia de las que no, y a investigar la posible función evolutiva de la conciencia.
¿Qué es la visión ciega afectiva?
Es un tipo específico de procesamiento visual inconsciente observado en la visión ciega, donde el cerebro procesa el contenido emocional de un estímulo visual (como una expresión facial de miedo o una mirada amenazante) y genera una respuesta emocional (como activación de la amígdala o una respuesta de miedo) sin que la persona sea consciente de haber visto el estímulo.

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Jesús Porta Etessam

Soy licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la Universidad Complutense de Madrid. Me formé como especialista en Neurología realizando la residencia en el Hospital 12 de Octubre bajo la dirección de Alberto Portera y Alfonso Vallejo, donde también ejercí como adjunto durante seis años y fui tutor de residentes. Durante mi formación, realicé una rotación electiva en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.Posteriormente, fui Jefe de Sección en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y actualmente soy jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Tengo el honor de ser presidente de la Sociedad Española de Neurología, además de haber ocupado la vicepresidencia del Consejo Español del Cerebro y de ser Fellow de la European Academy of Neurology.A lo largo de mi trayectoria, he formado parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología como vocal de comunicación, relaciones internacionales, director de cultura y vicepresidente de relaciones institucionales. También dirigí la Fundación del Cerebro.Impulsé la creación del grupo de neurooftalmología de la SEN y he formado parte de las juntas de los grupos de cefalea y neurooftalmología. Además, he sido profesor de Neurología en la Universidad Complutense de Madrid durante más de 16 años.

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