¿Qué trastorno mental tienen los psicópatas?

Psicopatía: El TPA, No un Diagnóstico Oficial

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El término «psicópata» resuena con fuerza en el imaginario colectivo, a menudo asociado a personajes de ficción o a individuos que muestran comportamientos extremos y perturbadores. Sin embargo, en el ámbito de la salud mental y la psiquiatría, es crucial entender que «psicópata» no constituye un diagnóstico clínico oficial. Esta distinción es fundamental para abordar de manera precisa la complejidad de ciertas afecciones mentales.

La realidad clínica detrás de lo que popularmente se conoce como psicopatía se relaciona estrechamente con el Trastorno de Personalidad Antisocial (TPA). Este es el término que los profesionales de la salud mental utilizan para describir un patrón de comportamiento caracterizado por la manipulación y la violación de los derechos de los demás. A diferencia del término coloquial, el TPA está definido por criterios específicos que guían su diagnóstico.

¿Qué ocurre en el cerebro de un psicópata?
Su cerebro tiene alterado el sistema de recompensa, más concretamente, tienen una hiperreacción ante la dopamina , es decir, la sensación de placer que tiene cuando se libera esta sustancia es mayor que en un cerebro normal. Esta alteración bioquímica es la que les impulsa a buscar a tener una recompensa a toda costa.
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El Verdadero Significado de "Antisocial" en el Contexto Clínico

Una fuente común de confusión al hablar del Trastorno de Personalidad Antisocial es precisamente la palabra «antisocial». En el lenguaje cotidiano, tendemos a asociar «antisocial» con alguien que es reservado, solitario, introvertido, o que evita la interacción social. Sin embargo, el significado clínico dentro del TPA es radicalmente diferente.

Cuando los psiquiatras y psicólogos hablan de una persona con trastorno de personalidad antisocial, se refieren a alguien que está fundamentalmente en contra de la sociedad, de sus normas, reglas y comportamientos convencionales. No se trata de timidez o preferencia por la soledad, sino de una actitud de desafío y oposición a las estructuras sociales y a los derechos de los demás.

Esta distinción es vital. Una persona con TPA puede, de hecho, ser extremadamente sociable en apariencia, utilizando un encanto superficial para manipular a otros. Su «antisocialidad» radica en su falta de respeto por las leyes, las reglas éticas y los límites interpersonales, no en su capacidad o deseo de interactuar con otros.

Señales, Rasgos y Comportamientos Asociados al TPA

El Trastorno de Personalidad Antisocial se manifiesta a través de un conjunto de rasgos y comportamientos persistentes y problemáticos. Los expertos, al evaluar a un individuo, buscan la presencia de estos patrones que indican un desprecio generalizado por los derechos de los demás.

Entre las señales más comunes del TPA se encuentran:

  • Manipulación: Una tendencia marcada a usar a otros para beneficio propio.
  • Violación de los derechos de los demás: Ignorar o pisotear activamente los límites y derechos de las personas.
  • Falta de remordimiento: Una incapacidad notable para sentir culpa o arrepentimiento por haber lastimado o perjudicado a otros.
  • Impulsividad: Actuar sin considerar las consecuencias a largo plazo.
  • Comportamiento abusivo: Tratar mal a otros, lo cual no siempre implica violencia física, pudiendo ser abuso emocional o psicológico.
  • Falta de conexiones emocionales profundas: Dificultad para establecer vínculos genuinos y empáticos con otras personas.
  • Encanto superficial: Una habilidad para presentarse de manera agradable y atractiva, que a menudo se utiliza para la manipulación.
  • Agresividad: Una tendencia a comportarse de manera hostil o combativa.
  • Enojo excesivo: Reacciones de ira desproporcionadas o frecuentes.
  • Tendencia a tomar riesgos: Buscar activamente situaciones peligrosas o arriesgadas.
  • Comportamiento imprudente: Actuar sin cuidado por la seguridad propia o ajena.
  • Engaño y mentiras frecuentes: Un patrón de falsedad para manipular o evitar consecuencias.

Es importante destacar que no todas las personas que muestran uno o dos de estos comportamientos tienen TPA. El diagnóstico requiere un patrón persistente y generalizado que cause un deterioro significativo en varias áreas de la vida.

El Proceso y los Desafíos del Diagnóstico del TPA

Dado que el término «psicópata» no es un diagnóstico oficial en los manuales clínicos, los profesionales de la salud mental se basan en los criterios establecidos para el trastorno de personalidad antisocial. El diagnóstico de TPA presenta desafíos únicos, principalmente porque las personas afectadas rara vez buscan ayuda por sí mismas.

La razón principal de esta falta de búsqueda de tratamiento es que los individuos con TPA generalmente no perciben su comportamiento como problemático. Consideran que sus acciones son justificadas o simplemente parte de su forma de ser, y no ven la necesidad de cambiar o buscar asistencia profesional.

Para diagnosticar el TPA, un profesional de la salud mental realiza una evaluación completa. Este proceso exhaustivo implica examinar los pensamientos, sentimientos, patrones de comportamiento y relaciones interpersonales del individuo. Los síntomas observados se comparan con los criterios diagnósticos listados en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM).

Además de la evaluación de los síntomas actuales, se revisa el historial médico y de comportamiento del individuo. Este paso es crucial porque el TPA a menudo coexiste con otros trastornos de salud mental y problemas de adicción (comorbilidad), lo que puede complicar tanto el diagnóstico como el tratamiento.

Consideraciones sobre la Edad en el Diagnóstico

Los criterios para el TPA establecen que los comportamientos característicos generalmente comienzan a manifestarse durante la adolescencia, típicamente alrededor de los 15 años. Sin embargo, un diagnóstico formal de trastorno de personalidad antisocial no se establece antes de los 18 años.

Los expertos señalan que, para muchas personas con este trastorno, los comportamientos más problemáticos y graves suelen ocurrir durante los últimos años de la adolescencia y la década de los veinte. Esto sugiere un pico de intensidad en la manifestación de los síntomas antes de que, en algunos casos, ciertos comportamientos puedan atenuarse con la edad, aunque la estructura de personalidad subyacente persiste.

Señales Tempranas en la Adolescencia: Trastorno Disocial y Trastorno Negativista Desafiante

Dado que el diagnóstico formal de TPA se retrasa hasta la edad adulta, los adolescentes que muestran síntomas similares a menudo son evaluados por otros trastornos de comportamiento que pueden ser precursores o estar relacionados con el TPA. Los dos diagnósticos más comunes en estos casos son el Trastorno Disocial y el Trastorno Negativista Desafiante.

Estos trastornos comparten algunas características con el TPA, como la dificultad para seguir reglas o la oposición a la autoridad, pero varían en severidad y en el foco de los comportamientos problemáticos.

CaracterísticaTrastorno DisocialTrastorno Negativista Desafiante
SeveridadMás grave; implica violación de derechos fundamentales de otros o normas sociales importantes.Menos grave; implica patrón de enfado/irritabilidad, discusiones, actitud desafiante o vengativa.
Comportamientos TípicosAgresión a personas o animales, destrucción de propiedad, engaño o robo, violaciones graves de normas.Discute con figuras de autoridad, desafía activamente, molesta deliberadamente a otros, culpa a otros por sus errores.
Foco de Comportamiento (en evaluación)Amplio rango de comportamientos antisociales graves.Principalmente se observa cómo actúa con personas que conoce (familiares, maestros).
Relación con TPAConsiderado un precursor más probable del TPA.Menos directamente relacionado con TPA que el Trastorno Disocial, aunque puede coexistir o ser un precursor en algunos casos.

El Trastorno Disocial es considerado más grave que el Trastorno Negativista Desafiante y se le ve con mayor frecuencia como un posible precursor del TPA. La evaluación de estos trastornos en la adolescencia es fundamental para identificar patrones de comportamiento problemático de forma temprana, aunque el camino hacia un posible diagnóstico de TPA en la adultez no es automático y depende de la persistencia y evolución de los síntomas.

Preguntas Frecuentes sobre Psicopatía y TPA

A continuación, abordamos algunas preguntas comunes que surgen al hablar de estos temas:

¿Es "psicópata" un diagnóstico médico real?

No, el término psicópata no es un diagnóstico oficial reconocido en los manuales de clasificación de trastornos mentales como el DSM. Es un término popular que se relaciona con ciertas características que son parte del Trastorno de Personalidad Antisocial (TPA).

¿Qué significa "antisocial" en el Trastorno de Personalidad Antisocial?

En el contexto del TPA, "antisocial" no significa ser tímido o solitario. Significa estar en contra de la sociedad, sus reglas, normas y los derechos de los demás. Las personas con TPA a menudo interactúan con otros, pero de manera manipuladora o explotadora.

¿A qué edad se puede diagnosticar el Trastorno de Personalidad Antisocial?

Aunque los comportamientos asociados al TPA pueden empezar a manifestarse alrededor de los 15 años, el diagnóstico formal no se realiza antes de los 18 años de edad.

¿Es posible tratar el TPA?

El tratamiento del TPA es un desafío significativo. Una de las principales dificultades es que las personas con este trastorno rara vez creen tener un problema con su comportamiento y, por lo tanto, no suelen buscar ayuda profesional. Esto limita las oportunidades de intervención terapéutica.

¿Qué se evalúa en adolescentes que muestran comportamientos similares al TPA?

En adolescentes, los comportamientos que recuerdan al TPA pueden llevar a una evaluación por Trastorno Disocial o Trastorno Negativista Desafiante. Estos diagnósticos evalúan patrones de comportamiento desafiante o de violación de normas en edades tempranas.

Conclusión

En resumen, aunque la palabra "psicópata" es de uso común, el término clínico y diagnóstico oficial es Trastorno de Personalidad Antisocial (TPA). Este trastorno describe un patrón complejo de comportamiento que incluye manipulación, falta de remordimiento, impulsividad y desprecio por los derechos ajenos. El diagnóstico del TPA es un proceso riguroso que se basa en criterios específicos del DSM y se realiza en la edad adulta, aunque las señales tempranas pueden observarse en la adolescencia a través de otros diagnósticos de comportamiento. Comprender esta distinción es crucial para abordar este trastorno desde una perspectiva científica y clínica, reconociendo los desafíos inherentes a su diagnóstico y manejo.

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Jesús Porta Etessam

Soy licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la Universidad Complutense de Madrid. Me formé como especialista en Neurología realizando la residencia en el Hospital 12 de Octubre bajo la dirección de Alberto Portera y Alfonso Vallejo, donde también ejercí como adjunto durante seis años y fui tutor de residentes. Durante mi formación, realicé una rotación electiva en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.Posteriormente, fui Jefe de Sección en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y actualmente soy jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Tengo el honor de ser presidente de la Sociedad Española de Neurología, además de haber ocupado la vicepresidencia del Consejo Español del Cerebro y de ser Fellow de la European Academy of Neurology.A lo largo de mi trayectoria, he formado parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología como vocal de comunicación, relaciones internacionales, director de cultura y vicepresidente de relaciones institucionales. También dirigí la Fundación del Cerebro.Impulsé la creación del grupo de neurooftalmología de la SEN y he formado parte de las juntas de los grupos de cefalea y neurooftalmología. Además, he sido profesor de Neurología en la Universidad Complutense de Madrid durante más de 16 años.

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