Qual a teoria de António Damásio?

La Teoría de Damásio: Neurobiología del Yo

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En el mundo contemporáneo, los avances tecnológicos han impulsado a la neurociencia a proponer nuevas narrativas sobre la mente humana desde un punto de vista biológico. Los modernos aparatos de imagen cerebral permiten observar el funcionamiento del cerebro en acción, como si pudiéramos verificar cómo funciona la mente. Desde que Bichat exclamó "¡Abran los cadáveres!", la tecnología médica en torno al cuerpo ha buscado desvelar los secretos de su interioridad, refinando constantemente los mecanismos para encontrar ese pretendido secreto interior inefable.

Las discusiones acerca de la biología de los sentimientos, las emociones, la identidad personal, la subjetividad humana y, sobre todo, la identidad biológica, parecen no haber llegado a un fin, especialmente desde el punto de vista neurológico o neurocientífico. Sin embargo, es crucial entender que cada cerebro, cada ínfima conexión neuronal, no es suficiente para identificar a todos los seres humanos como uno solo, dentro de la perspectiva de lo que se ha configurado como el "sujeto cerebral".

Qual a teoria de António Damásio?
Damásio conclui que os fenômenos mentais resultam da interação entre as atividades dos neurônios com o meio externo, o mundo exterior, o ambiente e o meio interno por intermédio daquilo que chamaríamos de uma "mente suficientemente boa".

La idea de un "sujeto cerebral" surge de la concepción de *personhood* (personalidad), donde si por personalidad entendemos la calidad o condición de ser una persona, un individuo o un sujeto con un sentido de ipseidad y un centro de gravedad narrativa, *brainhood* o "sujeto cerebral" es la calidad o condición de "ser un cerebro", y es esta propiedad la que define a un sujeto. Esta figura, influenciada por la visión galénica en la psicología del siglo XVIII, ha transformado el futuro de las ciencias médicas, como las neurociencias y la neurología contemporáneas.

En este sentido, este artículo busca analizar cómo la neurología y las neurociencias han propuesto nuevas narrativas de la mente humana y, posteriormente, señalar en el aporte biológico las descripciones de la vida subjetiva, la identidad y nuestro "yo" a partir de las contribuciones de António Damásio.

Índice de Contenido

El Sujeto Cerebral y la Experiencia Subjetiva

Cada cerebro es específico para cada ser humano; cada uno aprende sobre sí mismo y el mundo de manera individualizada. Pero, como cuestiona Ehrenberg, ¿la identidad biológica sería la identidad de una persona considerada en su totalidad? ¿Sería el cerebro, el conjunto de conexiones neuronales, lo que nos individualiza, nos particulariza, nos hace únicos? ¿Necesitamos una chispa divina en nuestra excesiva oscuridad visceral para comprender al ser humano, o sería la mente, esa extraña personalidad "encarnada" en la materialidad de nuestro cuerpo, la gran responsable del sentido de ipseidad que tanto intentamos entender?

Cuando biólogos, psicólogos cognitivistas, neurólogos y neurocientíficos buscan probar que todo lo que nos particulariza ante el Otro y el mundo proviene del interior, subestiman nuestra capacidad narrativa, sustituyendo la materialidad metafísica por una interioridad biológica. El cerebro por sí solo no habla, no oye, no tiene la capacidad de discernir qué es un hombre, una casa o una montaña.

La experiencia subjetiva, por su parte, va mucho más allá. Para darnos descripciones de nosotros mismos, no solo necesitamos un cerebro, necesitamos una mente en condiciones de dar descripción de todo lo que aprehende. La experiencia subjetiva es encarnada, lo que significa que emerge y depende del funcionamiento de un organismo complejo – el cuerpo humano – dotado de un recurso especial: el recurso a la significación mediante el lenguaje humano. La experiencia subjetiva también es histórica, fabricada según contextos sociales y culturales precisos a través de descripciones subjetivas.

No negamos la visceralidad de la carne del cerebro cuando se propone construir nuevas descripciones del sujeto, ni despreciamos la necesidad de tener "un cerebro suficientemente bueno" para aprehender estímulos internos y externos. La vida psíquica requiere más: requiere una interacción entre el yo y el mundo, entre el cuerpo y el mundo, entre la mente y el mundo, entre el cerebro y el mundo, sin la cual no podríamos dar descripciones ni del mundo ni de nosotros mismos.

Es esencial analizar las contribuciones de las ciencias médicas, fisiológicas o biológicas a la comprensión de la mente humana. La psicología y la psicanálisis pueden beneficiarse de otras definiciones, descripciones y caracterizaciones de nuestra interioridad.

Erik Kandel, ganador del Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 2000, es un ejemplo. Mostró las contribuciones de la neurología y las neurociencias a las ciencias "psi", defendiendo incluso la psicanálisis como herramienta teórica de la mente. Kandel critica la reticencia de los psicanalistas a aprovechar las oportunidades que las ciencias ofrecen al campo de la mente. Sugiere que la biología puede hacer la psicanálisis científicamente más fundamentada, identificando ocho áreas de posible cooperación, sin privilegiar la fisicalidad de los procesos psíquicos ni subestimar las descripciones psicológicas y narrativas de la mente. Para él, ambos aspectos están imbricados.

Los estudios biológicos pueden contribuir a lo que él llama una "biología de la subjetividad, de la conciencia, de la ipseidad y del conflicto". La neuroimagen, por ejemplo, puede desvelar la dinámica mental y el funcionamiento del cerebro vivo, mostrando incluso cambios antes y después de la terapia.

La neurología actual puede aportar, entre otras cosas, no solo el referente corporal de nuestra subjetividad, sino también describir, de un modo fisicalista no deductivo, cómo esta subjetividad está predispuesta en nuestro cerebro. Según Kandel, el cerebro no espejea el mundo como una cámara; lo descompone en imágenes y sensaciones para luego reconstruirlo en la mente.

Cualquier hipótesis neural de la experiencia subjetiva debe ser capaz de explicarla en términos de la relación cuerpo-ambiente o cuerpo-mundo. Para autorreferenciarnos, necesitamos esa interacción. La percepción de ser un "ser indivisible", con ipseidad, un "yo" con cualidad subjetiva, nos es dada por el Otro.

El cerebro es un eslabón en la cadena que une el cuerpo al ambiente/mundo. Su salud es una condición necesaria para la génesis y el equilibrio de las actividades mentales. Pero lo mismo podría decirse del resto del cuerpo y del ambiente. El cuerpo del sujeto no es un apéndice diluido del cerebro, como el ambiente no es una contracción gramatical de estímulos atomizados. No conocemos sujetos nacidos de cerebros en cubas, ni sujetos con cuerpo y mundo pero sin cerebro. Para el materialismo no reductivista, la identidad subjetiva no es una fosforescencia etérea emitida por redes y mapas neurales, sino que resulta de la interacción compleja.

Es probable que, en un futuro cercano, usemos las ciencias médicas, como la neurología o las neurociencias, como aporte a nuestras teorías mentalistas sobre la subjetividad y la identidad, construyendo nuevas narrativas de la mente. A partir de este nuevo paradigma, han surgido teorías sobre la subjetividad humana, configurándose en lo que se ha denominado "las premisas del determinismo biológico de la mente", reconociendo los avances de las neurociencias en el modelo médico y la vida social, como las teorías de la mente y la subjetividad humana de António Damásio.

Damásio y la Descripción Neurobiológica del Self

Muchos autores ya describieron biológicamente la subjetividad humana. Daniel Dennett, por ejemplo, abordó la noción de "yo" o self a partir de la ruptura de la subjetividad y el psiquismo con la naturaleza o el organismo, insertándolos en el orden de los procesos biológicos. El "yo", para Dennett, es un "yo biológico" influenciado por las injunciones del medio y diferenciándose de otros "yos" mediante la propia evolución. Para este autor, el "yo" está completamente desprovisto de substancia, es descentrado, clivado y sin esencia, en un continuo proceso de auto-engendramiento.

Muy cercana a esta definición se encuentra la noción de "yo" y "subjetividad" en Damásio. Ilustraremos con dos casos estudiados por el autor.

Casos Clave: Phineas Gage y Elliott

El primero es Phineas Gage: un joven de 25 años, trabajador eficiente y capaz en la construcción de ferrocarriles. Un descuido en su tarea provoca un accidente sin precedentes: una barra de hierro le atraviesa la base del cráneo. Gage no murió, pero tras una dolorosa recuperación, "Gage dejó de ser Gage", transformándose en un trabajador irresponsable, incapaz de mantener un empleo, con desvíos de comportamiento y salud deteriorada. Su caso se convirtió en prueba de que las lesiones cerebrales afectan no solo el cuerpo, sino también la personalidad y el comportamiento.

El segundo caso, descrito como el Phineas Gage moderno, es Elliott. Paciente de Damásio, Elliott había sufrido una alteración radical de la personalidad tras la extirpación de un tumor cerebral. A pesar de mantener sus capacidades mentales y conocimiento del mundo, era incapaz de organizar su vida, se detenía constantemente en las tareas, desarrollaba hábitos de coleccionista y tenía dificultad para tomar decisiones. Elliott se convirtió en el nuevo Phineas Gage, probando una vez más que una lesión en un hemisferio cerebral podía afectar no solo la dinámica del cuerpo (movimientos, sentidos), sino también la personalidad o la identidad del sujeto.

La Estructura del 'Yo' (Self) Según Damásio

A partir de estos casos, Damásio argumenta a favor de una "biología de la mente y de la subjetividad", afirmando que la mente resulta de las interacciones entre el cerebro y el cuerpo en términos de biología evolutiva, ontogenia y funcionamiento actual. Sugiere que la mente surge de la actividad en los circuitos neurales, pero muchos de estos circuitos están configurados por requisitos funcionales del organismo. Solo puede haber una mente normal si esos circuitos contienen representaciones básicas del organismo y continúan monitoreando sus estados en acción. No afirma que la mente esté en el cuerpo, sino que el cuerpo contribuye al cerebro con un contenido esencial para el funcionamiento normal de la mente.

Es a partir de esta argumentación que el autor discute las bases neurales del "yo". Para Damásio, el "yo" es un estado biológico constantemente reconstruido, pautado en la "unicidad del ser", es decir, tener un "yo único" que nos particulariza e individualiza. Esta definición es compatible con la noción de Dennett de que no poseemos un "teatro cartesiano" en nuestro cerebro. Lo que Damásio postula es que hay un "yo" para cada organismo, excepto en situaciones de enfermedad mental o cuando el "yo" ha sido disminuido o eliminado por disturbios neurológicos.

Pero, advierte, el "yo" que confiere subjetividad a nuestra experiencia no es un "impostor central". Requiere que diversos dispositivos corporales y cerebrales estén en perfecta sincronía. Si se cortaran los nervios que llevan señales del cerebro al cuerpo, el estado del cuerpo y, consecuentemente, la mente, se alterarían radicalmente. Incluso el bloqueo parcial, como en lesiones medulares, basta para causar alteraciones mentales.

Al afirmar que el "yo" o self es, en síntesis, biológico y fomentado por disposiciones neurales a través del córtex cerebral, Damásio defiende que este "yo" es continuamente activado por dos conjuntos de representaciones:

  1. Representaciones de acontecimientos clave en la autobiografía del individuo, que permiten reconstituir la noción de identidad a partir de la activación parcial de mapas sensoriales dotados de organizaciones topográficas.
  2. Representaciones primordiales del cuerpo del individuo, pieza clave para la construcción de la imagen corporal y para la noción de "yo" y nuestra "subjetividad".

Las primeras representaciones forman el Self Autobiográfico. Este tipo de representación dispositiva que describe nuestra autobiografía involucra un conjunto de hechos que definen a una persona: lo que hacemos, nuestros gustos, lugares frecuentes, interacciones con el ambiente, dónde vivimos, quiénes somos, quiénes son nuestros amigos y familiares, etc. El Self Autobiográfico depende de las memorias sistematizadas de situaciones vividas, generando lo que Damásio denominó "memoria autobiográfica".

El segundo tipo de representaciones forma el Self Central. Incluye la "memoria del propio cuerpo", todo lo que el cuerpo ha sido en su relación con el ambiente interno y externo. La subjetividad depende, en gran parte, de las alteraciones que ocurren en el estado del cuerpo durante y después del procesamiento de un objeto, abarcando los sentimientos de fondo del cuerpo y los sentimientos emocionales. La representación colectiva del cuerpo constituye la base para el concepto de "yo" o self. En la evolución de la especie y en el desarrollo individual, las señales iniciales del cuerpo ayudan a construir un concepto de self y son la referencia de todo lo que le puede suceder al organismo. A cada instante, el estado del self se construye desde la base.

Conciencia: Central vs. Autobiográfica

Los dos tipos de self corresponden a dos tipos de conciencia:

La Conciencia Central le da al organismo un self referente al momento y un lugar (ahora y aquí). No proyecta el futuro; nos da la percepción de lo que ocurrió hace instantes. "...no hay otro lugar, no hay antes, no hay después". La Conciencia Central es un fenómeno biológico con un solo nivel de organización, dependiente de la memoria convencional, operacional, el raciocinio y el lenguaje.

La Conciencia Autobiográfica o "conciencia ampliada" tiene diferentes niveles y grados, dando al organismo un sentido de self, una identidad, una personalidad que individualiza a una persona. Es un fenómeno biológico complejo con varios niveles de organización que evoluciona con el organismo. Depende de la memoria convencional y operacional, intensificada por el lenguaje.

Damásio apoya el atributo del lenguaje en la construcción de nuestra subjetividad a partir de estos dos niveles de conciencia. Cada tipo de conciencia corresponde a un tipo de self:

ConceptoSelf Central / Conciencia CentralSelf Autobiográfico / Conciencia Autobiográfica
Naturaleza del SelfEntidad transitoria, recreada incesantemente.Conjunto no transitorio de hechos y modos de ser únicos que caracterizan a una persona (Identidad).
Referencia TemporalMomento presente (aquí y ahora), pasado inmediato.Historia de vida, recuerdos sistematizados a lo largo del tiempo.
Función PrincipalConciencia inmediata del organismo interactuando con un objeto.Sentido de identidad, personalidad, continuidad narrativa.
Dependencia ClaveMemoria convencional y operacional, raciocinio, lenguaje (en el nivel humano).Memoria autobiográfica (registro organizado de la biografía), memoria convencional y operacional, lenguaje (intensifica).
Niveles de OrganizaciónUn solo nivel de organización.Varios niveles de organización, evoluciona con el organismo.

Damásio localiza un dispositivo neural mínimo para producir subjetividad en los córtices sensoriales iniciales (incluyendo los somatosensoriales), regiones de asociación cortical sensorial y motora, y núcleos subcorticales (especialmente tálamo y ganglios basales). Este mecanismo neural no necesita lenguaje; corresponde a lo que él llama "metaeu", una entidad que opera a través de esquemas cerebrales productores de subjetividad.

La producción de la subjetividad corresponde a la producción de imágenes de un objeto, imágenes de las respuestas del organismo al objeto, y un tercer tipo: "la producción de imágenes del organismo en el acto de percibir y responder a un objeto" sin acceso al lenguaje o narrativas. Los humanos pueden experimentar una emoción sin ponerla en palabras. El llanto, la risa, el rubor, el susto, son formas de esbozar una emoción sin exponerla verbalmente.

El Cuerpo y la Piel: Fronteras de la Subjetividad

Damásio también considera la importancia de la piel en la regulación y coordinación de las representaciones del mundo exterior. La piel es una membrana y órgano sensorial orientado hacia el exterior, preparado para construir la forma, superficie, textura y temperatura de objetos externos por el tacto. También es responsable de la regulación homeostática del organismo, controlada por señales neurales autónomas y químicas del cerebro.

La representación de la piel, para el autor, es un medio natural de establecer una frontera entre la interioridad y la exterioridad del cuerpo (la imagen corporal), porque está orientada tanto hacia el interior del organismo como hacia el medio ambiente con el que reacciona. La interacción entre organismo y medio se daría, sobre todo, a través de mapas sensoriales evidenciados por el papel de la piel. Damásio se acerca a las tesis psicoanalíticas de Anzieu sobre la importancia de la piel en la construcción de un "yo-piel", una estructura psíquica a través de la cual nuestra subjetividad se exterioriza mediante nuestro "envoltorio corpóreo". El "yo-piel" es una estructura intermedia del aparato psíquico, una membrana limitante necesaria para diferenciar el "yo" del "no yo".

Narrativas de Primera y Segunda Orden

En síntesis, todos los seres humanos poseen la capacidad de experimentar una emoción sin poner esa experiencia en forma narrativa, ya que preceden al nivel verbal. Esta "capacidad narrativa de primera orden" sería responsable de la producción de imágenes cerebrales complejas, desde un simple objeto hasta las imágenes de las respuestas del organismo al objeto. La "capacidad narrativa de segunda orden" está al servicio del lenguaje y produce relatos verbales a partir de los relatos no verbales. Según Damásio, las narrativas de segunda orden son responsables de la subjetividad humana.

Damásio, apoyándose en referencias filosóficas e investigaciones de disturbios neurológicos, buscó en la biología de las emociones y los sentimientos las bases para la construcción de un "yo" y una identidad, transformando el cerebro en el gran actor en escena en este inmenso palco que es el "teatro del cuerpo" y el "teatro cartesiano de las emociones y los sentimientos".

Conclusiones: Una Mente Suficientemente Buena

Lo que las teorías de Damásio nos posibilitan es encontrar una nueva descripción de la subjetividad humana, basada principalmente en la interacción entre el mundo externo e interno, entre las áreas somatosensitivas del córtex cerebral y la mente, dándonos descripciones de la subjetividad humana a través de la ruptura dicotómica del pensamiento cartesiano. Para el autor, no hay separación entre el cuerpo, el mundo, la mente y el cerebro. Por el contrario.

Como dice Andrieu, el cerebro no es la condición del cuerpo, ni el cuerpo es la condición del cerebro. No existe entre ambos una relación de causa y efecto, pues cuerpo y cerebro (y se podría añadir la mente) son indisociables e imprescindibles. No existe uno sin el otro. No existe mente sin cuerpo; mucho menos mente sin cerebro: la mente es el resultado de la interacción entre ellos. Puede haber un cuerpo sin cerebro y sin mente, pero entonces no estamos en el campo de la subjetividad, la identidad, la personalidad, la interacción entre el "yo" y el mundo exterior e interior, pues la vida subjetiva necesita un cerebro, y un cerebro requiere una mente que, a su vez, requiere un cuerpo. Esta neurobiología del desarrollo "rehúsa considerar la conciencia corporal como el único resultado de la actividad cerebral. La conciencia corporal resulta de esta construcción, posibilitada por la plasticidad del cerebro, y producida por las interacciones con el mundo".

Damásio concluye que los fenómenos mentales resultan de la interacción entre las actividades de las neuronas con el medio externo, el mundo exterior, el ambiente y el medio interno por intermedio de aquello que llamaríamos una "mente suficientemente buena".

La "mente suficientemente buena" de Damásio está subsumida a las capacidades perceptivas del cerebro de un individuo con el medio en que vive. Más que eso, es aquella que le da al cerebro toda suerte de recursos y dispositivos neuronales y cerebrales que necesita para "situarlo en el mundo" o en su "campo de vida". Es decir, es aquella que le da al sujeto y a su cerebro los recursos y dispositivos necesarios para la percepción de los objetos externos, del ambiente, de sí mismo, de su propio cuerpo y del cuerpo del otro.

Sin este tipo de mente, no habría cerebro, y, sin un cerebro, no habría ni cuerpo, ni subjetividad. Damásio, por lo tanto, fusiona tres instancias (mente, cuerpo y subjetividad) en una única: el cerebro, como el centro de procesamiento de estas interacciones vitales.

Preguntas Frecuentes sobre la Teoría de Damásio

¿Cuál es la idea central de António Damásio sobre el 'yo'?

La idea central es que el 'yo' (self) y la subjetividad no residen únicamente en el cerebro, sino que son el resultado de la interacción constante y dinámica entre el cerebro, el cuerpo y el entorno. El cuerpo aporta contenido esencial a la mente.

¿Cómo explica Damásio la subjetividad?

Damásio explica la subjetividad como un estado biológico continuamente reconstruido, basado en la unicidad del ser. La subjetividad surge de la interacción entre el organismo y el mundo, y se manifiesta a través de dos tipos de 'yo' (central y autobiográfico) y dos tipos de conciencia (central y autobiográfica), apoyados por procesos neurales y la capacidad narrativa.

¿Qué importancia tienen los casos de Phineas Gage y Elliott en su trabajo?

Estos casos son cruciales porque demuestran cómo las lesiones físicas en el cerebro pueden alterar radicalmente la personalidad, el comportamiento y la identidad de una persona, apoyando la tesis de Damásio sobre la conexión profunda entre la estructura cerebral, el cuerpo y la subjetividad.

¿Damásio reduce la mente o el 'yo' a una simple función cerebral?

No. Aunque enfatiza la base biológica y neural, Damásio critica la idea del "sujeto cerebral" que reduce la identidad solo al cerebro. Su perspectiva es integradora, argumentando que la mente y el 'yo' emergen de la interacción inseparable del cerebro con el cuerpo y el ambiente.

¿Cuál es la diferencia entre el Self Central y el Self Autobiográfico?

El Self Central es transitorio y se refiere a la conciencia del organismo en el momento presente ('aquí y ahora') interactuando con un objeto. El Self Autobiográfico es más estable y constituye la base de la identidad, construido sobre las memorias sistematizadas y la historia de vida del individuo.

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Jesús Porta Etessam

Soy licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la Universidad Complutense de Madrid. Me formé como especialista en Neurología realizando la residencia en el Hospital 12 de Octubre bajo la dirección de Alberto Portera y Alfonso Vallejo, donde también ejercí como adjunto durante seis años y fui tutor de residentes. Durante mi formación, realicé una rotación electiva en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.Posteriormente, fui Jefe de Sección en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y actualmente soy jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Tengo el honor de ser presidente de la Sociedad Española de Neurología, además de haber ocupado la vicepresidencia del Consejo Español del Cerebro y de ser Fellow de la European Academy of Neurology.A lo largo de mi trayectoria, he formado parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología como vocal de comunicación, relaciones internacionales, director de cultura y vicepresidente de relaciones institucionales. También dirigí la Fundación del Cerebro.Impulsé la creación del grupo de neurooftalmología de la SEN y he formado parte de las juntas de los grupos de cefalea y neurooftalmología. Además, he sido profesor de Neurología en la Universidad Complutense de Madrid durante más de 16 años.

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