En el vasto y complejo campo de la neurociencia, pocas figuras resplandecen con tanta intensidad y significado como la de Brenda Milner. Considerada unánimemente como la madre fundadora de la neuropsicología, su trabajo pionero no solo transformó nuestra comprensión de cómo funciona el cerebro humano, sino que también abrió nuevas avenidas para la investigación y el tratamiento de trastornos cognitivos. Su incansable curiosidad y su riguroso enfoque científico, especialmente en el estudio de la memoria y la lateralización de las funciones cerebrales, la han convertido en una leyenda viva.

Nacida en Manchester, Inglaterra, en 1918, la trayectoria de Brenda Milner (de soltera Langford) no parecía inicialmente destinada a la neurociencia. Creció en un hogar de músicos, aunque ella misma sentía una mayor atracción por la literatura, los idiomas y, curiosamente, las matemáticas, una disciplina que le inculcó su padre. Esta fascinación por los números la llevó a obtener una beca en la prestigiosa Universidad de Cambridge.
De las Matemáticas al Cerebro
Sin embargo, el destino tenía otros planes. Durante sus estudios en Cambridge, Brenda comenzó a sentir que, si bien disfrutaba de las matemáticas, no se veía a sí misma destacando en ese campo a largo plazo. Fue en este momento crucial que su interés viró hacia una de las máquinas más complejas y misteriosas: el cerebro humano. La anatomía, las funciones y las posibles lesiones de este órgano comenzaron a capturar su atención de una manera profunda. Esta creciente curiosidad la llevó a tomar la audaz decisión de cambiar su enfoque académico, redirigiendo su camino hacia la psicología.
Una figura clave en esta transición fue el psicólogo experimental Oliver Zangwill, quien se convirtió en su tutor. Bajo su guía, Brenda Langford descubrió una pasión particular por el estudio de los cambios de comportamiento que ocurrían en las personas tras sufrir lesiones cerebrales. Simultáneamente, se gestó en ella un profundo interés por desentrañar los secretos de la memoria.
El contexto de la Segunda Guerra Mundial también jugó un papel inesperado en su vida. Fue durante este periodo, mientras trabajaba en investigación relacionada con radares, donde conoció a Peter Milner, quien más tarde se convertiría en su esposo y también una figura importante en la neurociencia (aunque su trabajo se centró más en la neurobiología y el aprendizaje desde una perspectiva animal).
El Instituto Neurológico de Montreal y el Dr. Penfield
Tras completar su formación inicial y casarse, Brenda Milner se trasladó a Canadá, donde consiguió un puesto en la Universidad de Montreal enseñando psicología y comportamiento animal. Pero su ambición científica la impulsó a buscar oportunidades para profundizar en su investigación. En 1950, logró ser aceptada como estudiante de doctorado por el renombrado neurocientífico y psicólogo Donald Hebb en la Universidad de McGill. Sin embargo, fue en el Instituto Neurológico de Montreal (MNI), asociado a McGill, donde finalmente completó su doctorado en 1952.
Su decisión de centrarse en el MNI estuvo fuertemente influenciada por la oportunidad de trabajar con el Dr. Wilder Penfield. Penfield era un pionero mundial en la neurocirugía para tratar la epilepsia intratable, y sus pacientes ofrecían una ventana única para estudiar la función cerebral en vivo. Milner colaboró estrechamente con Penfield, investigando el papel de los lóbulos temporales en la percepción visual en pacientes neuroquirúrgicos. Esta experiencia de primera mano con pacientes con lesiones cerebrales fue fundamental para cimentar su enfoque en la neuropsicología clínica y experimental.
Definiendo la Neuropsicología
Es importante entender el contexto en el que Milner desarrolló su trabajo. En ese momento, la psicología era vista por muchos como una disciplina más filosófica o incluso una “ciencia moral”, preocupada por determinar lo bueno y lo malo en el ser humano. Brenda Milner fue una de las voces más fuertes que impulsó una visión radicalmente diferente: la de una psicología que se apoyara en la biología, que compartiera elementos con la neurología y que utilizara métodos científicos rigurosos para estudiar la relación entre el cerebro y el comportamiento. Ella ayudó a forjar lo que hoy conocemos como neuropsicología, una disciplina autónoma e interdisciplinaria que investiga las bases neurales de las funciones cognitivas (como la memoria, el lenguaje, la atención) tanto en estados normales como patológicos.
El Caso H.M. y el Misterio de la Memoria
Si bien Milner realizó numerosas contribuciones valiosas a lo largo de su carrera, hay un caso particular que selló su legado y revolucionó nuestra comprensión de la memoria: el caso de Henry Molaison, conocido universalmente como H.M.
H.M. padecía un tipo de epilepsia tan grave y debilitante que, en 1953, sus neurólogos decidieron intentar una cirugía experimental para aliviar sus síntomas. La operación, realizada por el Dr. William Scoville, implicó la extirpación bilateral de una porción del lóbulo temporal medial, incluyendo estructuras críticas como el hipocampo y la amígdala.
La cirugía tuvo éxito en controlar la epilepsia de H.M., pero tuvo una consecuencia devastadora e inesperada: desarrolló una severa amnesia anterógrada. Esto significaba que, si bien podía recordar su vida y los eventos ocurridos antes de la operación, era incapaz de formar nuevos recuerdos duraderos. Cada vez que Milner o sus colegas lo visitaban, él los saludaba como si fuera la primera vez, a pesar de haber interactuado con ellos innumerables ocasiones. Vivía en un presente perpetuo, incapaz de retener nueva información por más de unos pocos minutos.
Milner dedicó décadas al estudio detallado de H.M., utilizando una batería de pruebas ingeniosas y meticulosas. Sus investigaciones con él fueron trascendentales por varias razones:
- Demostraron de manera concluyente el papel crítico del hipocampo y las estructuras del lóbulo temporal medial en la formación de nuevos recuerdos a largo plazo. Antes de H.M., la función específica del hipocampo no estaba clara, y se pensaba que la memoria estaba distribuida de manera más difusa por todo el cerebro.
- Revelaron que la memoria no es una entidad unitaria, sino que existen múltiples sistemas de memoria independientes en el cerebro. A pesar de su incapacidad para formar recuerdos declarativos (recuerdos de hechos y eventos), H.M. conservaba la capacidad de aprender nuevas habilidades motoras y perceptivas (memoria procedimental), aunque no recordara haberlas aprendido. Por ejemplo, podía mejorar en una tarea de dibujar mirando un espejo, pero no recordaba haber realizado la tarea antes. Esto demostró una disociación fundamental entre diferentes tipos de memoria, sugiriendo que dependen de circuitos cerebrales distintos.
El caso H.M. no solo fue un hito en la investigación de la memoria, sino que también se convirtió en uno de los estudios de caso más famosos y citados en la historia de la neurociencia y la psicología.
Otros Aportes Significativos
Además de su trabajo con H.M., Brenda Milner realizó importantes investigaciones sobre la lateralización de las funciones cerebrales, particularmente en relación con el lenguaje y la memoria. Sus estudios en pacientes con lesiones en diferentes hemisferios cerebrales ayudaron a clarificar la especialización complementaria de los lóbulos temporales izquierdo y derecho: el lóbulo temporal izquierdo es típicamente más crucial para la memoria verbal, mientras que el lóbulo temporal derecho lo es para la memoria no verbal (como el reconocimiento de caras o la navegación espacial).
También investigó el papel de los lóbulos frontales en la resolución de problemas y la función ejecutiva, contribuyendo a nuestra comprensión de cómo estas áreas cerebrales complejas participan en la planificación, la toma de decisiones y el control cognitivo.
A lo largo de su extensa y prolífica carrera, Brenda Milner ha sido reconocida con innumerables premios y honores de las instituciones científicas más prestigiosas del mundo, un testimonio del impacto profundo y duradero de su trabajo. Su capacidad para combinar una rigurosa investigación experimental con la observación clínica cuidadosa en pacientes con lesiones cerebrales estableció un modelo para la investigación neuropsicológica que perdura hasta nuestros días.
Un Legado Imperecedero
El legado de Brenda Milner va mucho más allá de sus publicaciones científicas. Ella ayudó a establecer la neuropsicología como un campo de estudio legítimo y vital, formando a generaciones de estudiantes e investigadores que continúan explorando los misterios del cerebro. Su curiosidad insaciable, su humildad y su dedicación a la ciencia han sido una inspiración para innumerables personas en el campo. El cambio que propuso en la comprensión de la psicología, al sostener que debía ser una disciplina con sólidas bases científicas y biológicas, redefinió el panorama de la investigación de la mente y el cerebro.
Gracias a las investigaciones de Milner, hemos avanzado enormemente en nuestra comprensión de cómo el cerebro adquiere, almacena y recupera información. El caso H.M., analizado con maestría por Milner y sus colaboradores, sigue siendo un pilar en la enseñanza de la neurociencia y la psicología, ilustrando de manera vívida la organización de los sistemas de memoria en el cerebro humano.
Preguntas Frecuentes sobre Brenda Milner y la Neuropsicología
¿Por qué se considera a Brenda Milner la madre de la neuropsicología?
Brenda Milner es considerada la madre de la neuropsicología por su trabajo pionero que estableció la disciplina. Fue una de las primeras en utilizar un enfoque riguroso y científico para estudiar la relación entre las lesiones cerebrales y los cambios en las funciones cognitivas, especialmente la memoria. Su investigación con pacientes neuroquirúrgicos, particularmente el caso H.M., proporcionó pruebas fundamentales sobre cómo diferentes áreas del cerebro sustentan funciones cognitivas específicas, sentando las bases metodológicas y conceptuales del campo.
¿Cuál fue la contribución más importante de Brenda Milner?
La contribución más importante de Brenda Milner es probablemente su trabajo sobre los sistemas de memoria, particularmente a través del estudio del caso H.M. Sus investigaciones demostraron que el hipocampo es crucial para la formación de nuevos recuerdos a largo plazo y que existen múltiples sistemas de memoria independientes en el cerebro (como la memoria declarativa y la memoria procedimental), que dependen de diferentes circuitos neuronales. Estos hallazgos cambiaron drásticamente la forma en que los científicos entendían la memoria.
¿Qué es el caso H.M.?
El caso H.M. se refiere a Henry Molaison, un paciente que, tras una cirugía cerebral en 1953 para tratar su epilepsia (que implicó la extirpación de partes de sus lóbulos temporales mediales, incluyendo el hipocampo), desarrolló una amnesia anterógrada severa. Esto significaba que no podía formar nuevos recuerdos a largo plazo. Brenda Milner estudió a H.M. durante décadas, y sus observaciones revolucionaron nuestra comprensión de la memoria y la función del hipocampo.
¿Qué es la amnesia anterógrada?
La amnesia anterógrada es un tipo de pérdida de memoria en la que una persona es incapaz de formar nuevos recuerdos después de un evento traumático o una lesión cerebral. Las personas con amnesia anterógrada pueden recordar eventos que ocurrieron antes del daño, pero no pueden retener nueva información o experiencias por periodos prolongados. El caso H.M. es el ejemplo más famoso y estudiado de amnesia anterógrada.
¿Qué es el hipocampo y cuál es su función principal según las investigaciones de Milner?
El hipocampo es una estructura ubicada en el lóbulo temporal medial del cerebro. Las investigaciones de Brenda Milner, particularmente a través del estudio de H.M., demostraron que su función principal es consolidar la información de la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo. Es decir, actúa como una especie de "estación de relevo" o "índice" que permite que la información nueva se almacene de forma permanente en otras áreas del cerebro. Sin un hipocampo funcional, la capacidad de crear nuevos recuerdos declarativos se ve gravemente comprometida.
¿Qué significa la lateralización de las funciones cerebrales?
La lateralización de las funciones cerebrales se refiere a la tendencia de algunas funciones cognitivas a estar localizadas predominantemente en uno de los dos hemisferios cerebrales (izquierdo o derecho). Por ejemplo, para la mayoría de las personas diestras, el lenguaje está fuertemente lateralizado en el hemisferio izquierdo. Las investigaciones de Milner contribuyeron a mostrar que, aunque los hemisferios trabajan juntos, existen ciertas especializaciones, como la del lóbulo temporal izquierdo para la memoria verbal y el derecho para la memoria no verbal.
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