What fields are women underrepresented in?

Mujeres Subrepresentadas: Ciencia y Creencias

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La persistente subrepresentación de las mujeres en ciertos campos académicos y profesionales, particularmente en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM), es un tema de crucial importancia con profundas implicaciones sociales y para el avance del conocimiento. A pesar de las numerosas iniciativas y los esfuerzos por promover la igualdad de género, las disparidades persisten, planteando interrogantes sobre sus causas subyacentes. Más allá de las barreras estructurales obvias, como el sesgo en la contratación o la brecha salarial, existen factores menos tangibles pero igualmente influyentes: las creencias sobre qué se necesita para tener éxito en estos campos y cómo esas creencias interactúan con los estereotipos de género.

What percent of neuroscientists are female?
Although >50% of neuroscience PhD students are women, women comprise <14% of tenured neuroscience faculty (Society for Neuroscience, 2017; McDermott et al., 2018).Jun 15, 2022[/caption]

Históricamente, se ha observado que ciertos campos con una baja proporción de mujeres comparten la característica de ser percibidos como dominios donde el éxito depende de una habilidad intelectual innata, una especie de "brillantez" natural, más que del esfuerzo o el trabajo duro. Esta percepción, a menudo denominada la Hipótesis de la "Brillantez Innata" (FAB, por sus siglas en inglés, From Ability Beliefs), sugiere que las mujeres pueden sentirse desalentadas a seguir carreras en estos ámbitos si perciben que no poseen esta cualidad innata o si los estereotipos sociales las desvinculan de ella.

Índice de Contenido

La Hipótesis de la "Brillantez Innata" y su Impacto

La idea central de la Hipótesis de la Brillantez Innata es que la representación femenina es menor en aquellos campos donde los profesionales y, potencialmente, el público en general, creen que el éxito se basa fundamentalmente en tener una capacidad intelectual excepcional y nacida, más que en la dedicación, el esfuerzo y la formación. Esta creencia puede operar de diversas maneras para influir en las decisiones de carrera de las mujeres.

Primero, si las jóvenes crecen en un entorno donde se asocia la "brillantez" con los hombres, pueden internalizar la idea de que no están naturalmente dotadas para campos percibidos como "requeridores de brillantez". Esto puede llevarlas a dudar de su propia capacidad para tener éxito en estas áreas, incluso si tienen un alto potencial. La falta de confianza, alimentada por estas creencias y estereotipos, puede disuadirlas de elegir estas disciplinas en la educación superior o al inicio de sus carreras.

Segundo, estas creencias no solo residen en los individuos que eligen una carrera. Son compartidas por padres, maestros, consejeros y compañeros. Si estas figuras de influencia también creen que ciertos campos requieren una "brillantez" innata que asocian más a menudo con los hombres, pueden, consciente o inconscientemente, desanimar a las jóvenes a seguir esos caminos. Este sesgo puede manifestarse en el tipo de aliento o desánimo que brindan, las oportunidades que ofrecen o incluso las expectativas que proyectan.

La investigación inicial sobre esta hipótesis se centró en las creencias de los académicos, encontrando que, en efecto, los campos donde los profesores más valoraban la "brillantez" tenían menos mujeres. Sin embargo, es crucial entender si estas creencias son exclusivas del ámbito académico o si están más extendidas en la población general. Si las creencias sobre la "brillantez" son compartidas por el público en general, su influencia en las elecciones de carrera de las mujeres sería mucho más amplia, afectando a una variedad de decisiones más allá de la elección de una especialización universitaria.

Estudios recientes han explorado precisamente esto, preguntando a personas sin experiencia académica directa en diversos campos sobre qué creen que se requiere para tener éxito. Los resultados sugieren que las creencias sobre la necesidad de "brillantez" están presentes también en la población general y que, al igual que en el ámbito académico, predicen la subrepresentación femenina. Cuanto más se cree que un campo requiere brillantez intelectual, menor es la proporción de mujeres en él.

Más Allá de la Brillantez: Otros Factores en Juego

Si bien la hipótesis de la brillantez innata ofrece una explicación poderosa, es importante reconocer que la subrepresentación femenina es un fenómeno complejo con múltiples causas. No podemos afirmar que la creencia en la brillantez sea el único factor determinante. Otras dimensiones de un campo también pueden influir en quién elige participar en él.

Una posible explicación alternativa o complementaria se relaciona con las habilidades específicas que se perciben como necesarias. En particular, la asociación entre las matemáticas y la subrepresentación femenina ha sido bien documentada. Los campos intensivos en matemáticas, como la ingeniería, las matemáticas puras o la física, tienden a tener las mayores disparidades de género dentro de las áreas STEM. Esto se relaciona, en parte, con el estereotipo cultural de que las matemáticas son un dominio masculino, un sesgo que puede surgir a edades tempranas y afectar el interés de las mujeres en carreras que dependen fuertemente de ellas.

Surge entonces la pregunta: ¿la "brillantez intelectual" de la que habla la hipótesis FAB es simplemente otra forma de referirse a la aptitud matemática, que también se concibe popularmente como una cualidad innata y fija? Si la creencia en la brillantez solo predijera la representación femenina en campos altamente matemáticos, podríamos concluir que es solo un reflejo de la percepción sobre la necesidad de habilidades matemáticas. Sin embargo, si las creencias sobre la brillantez predicen la subrepresentación femenina incluso en campos que no son intensivos en matemáticas (como muchas disciplinas de humanidades o ciencias sociales), esto sugiere que la creencia en la brillantez como factor innato es un predictor independiente.

Otro conjunto de creencias que podrían mediar la relación entre la brillantez percibida y la representación femenina se refiere al tipo de ambiente de trabajo que promueve un campo. Se ha sugerido que los campos que valoran la brillantez innata también podrían ser percibidos como entornos que fomentan la competencia individual y el trabajo solitario, en lugar de la colaboración y el trabajo en equipo. Esta percepción podría derivarse de la idea de que la brillantez es una cualidad individual que se demuestra mejor en la comparación directa con otros (competencia) o a través de logros personales (trabajo solitario).

La investigación muestra que hombres y mujeres a menudo tienen preferencias diferentes en cuanto a entornos de trabajo, con las mujeres tendiendo a valorar más los entornos colaborativos y con objetivos comunitarios. Si los campos percibidos como "requeridores de brillantez" son también vistos como altamente competitivos y solitarios, esto podría desalentar a las mujeres a unirse a ellos, incluso si se sienten capaces en términos de habilidad intelectual. Las creencias sobre la brillantez podrían así influir indirectamente en la representación femenina al dar forma a las percepciones sobre la cultura laboral del campo.

[caption id="attachment_18610" align="aligncenter" width="1280"]What are the consequences of gender bias in psychology? Evaluation: Implications of gender bias- gender biased research may create misleading assumptions about female behaviour,fail to challenge negative stereotypes and validate discriminatory practices.It may provide a scientific 'justification' to deny women opportunities in a workplace or wider society.

Cifras Actuales: La Presencia de Mujeres en la Ciencia

Las estadísticas globales confirman la persistente subrepresentación femenina en muchas áreas de la ciencia. Según datos de la UNESCO, aunque el número total de científicos a nivel mundial ha aumentado, la proporción de mujeres sigue siendo significativamente menor que la de hombres en muchos campos.

Un estudio de la OCDE (ISSA2) encontró que, en promedio, solo alrededor del 40% de los científicos en los países miembros son mujeres. Esta cifra varía enormemente entre países, desde un mínimo del 23% en Luxemburgo hasta un máximo del 56% en Lituania. La brecha se amplía aún más al considerar la autoría de publicaciones científicas, donde las mujeres representan solo el 30% del total.

La disparidad es particularmente pronunciada en campos específicos. Mientras que en las ciencias sociales y la psicología la representación femenina en la autoría de publicaciones se acerca a la paridad, en áreas como la física y la astronomía, las mujeres constituyen tan solo el 15% de los autores. Otros campos con baja representación incluyen la ingeniería, las matemáticas y la informática.

Estas cifras no solo son preocupantes desde una perspectiva de igualdad, sino que también tienen implicaciones para la calidad y la relevancia de la investigación científica. Una menor diversidad de perspectivas y experiencias puede limitar la gama de preguntas de investigación que se abordan, los métodos que se utilizan y las soluciones que se proponen para los problemas globales.

La Brecha Salarial de Género en la Ciencia

Además de la subrepresentación en términos de número y autoría, las mujeres científicas también enfrentan una significativa brecha salarial. El mismo estudio ISSA2 de la OCDE reveló que las autoras de trabajos científicos ganan, en promedio, entre un 5% y un 6% menos que sus colegas masculinos. Es importante destacar que esta diferencia salarial persiste incluso después de controlar por factores como la experiencia, el tipo de puesto, la calidad del trabajo (medida por citas o prestigio de las revistas) o el campo de especialización.

La brecha salarial es particularmente marcada en algunos de los campos donde la subrepresentación femenina es mayor, como la ingeniería y la informática, donde las mujeres pueden ganar hasta un 27% menos que los hombres. En puestos de alta dirección dentro del ámbito científico, la diferencia salarial es de aproximadamente el 15%. Esta disparidad económica no solo es injusta, sino que también crea un desincentivo financiero adicional para que las mujeres persigan y permanezcan en carreras científicas, especialmente aquellas con mayor potencial de ingresos.

El Camino Hacia la Paridad: Proyecciones Futuras

A pesar de los desafíos actuales, hay señales de progreso. Un estudio reciente que analizó millones de publicaciones científicas entre 2008 y 2020 encontró que la representación de las mujeres en la autoría científica ha estado aumentando de manera constante cada año. Este estudio proyecta que, si la tendencia continúa, algunos campos podrían alcanzar la paridad de género en las próximas décadas.

Por ejemplo, la psicología ya se acerca a la igualdad de representación en la autoría. Se proyecta que la biología podría alcanzar la paridad alrededor de 2069, seguida por la química en 2087. Sin embargo, para campos con las mayores disparidades actuales, como la ingeniería, las matemáticas y la física, el camino es mucho más largo. Las proyecciones para alcanzar la paridad en estas áreas se extienden hasta mediados del siglo XXII (entre 2144 y 2158).

Estas proyecciones, aunque señalan una dirección positiva, también subrayan la magnitud del desafío restante. Alcanzar una verdadera igualdad en la ciencia y otros campos subrepresentados requerirá esfuerzos continuos y renovados para abordar las causas subyacentes de la desigualdad, incluyendo las creencias culturales, los estereotipos, las barreras estructurales y la brecha salarial.

Tabla Comparativa: Representación Femenina en Campos Selectos (Estimado)

Basado en la información proporcionada, podemos ilustrar las diferencias en la representación femenina entre distintos campos:

CampoRepresentación Femenina (Estimado, % Autoría)Notas
Ciencias SocialesCerca del 50%Casi paridad en autoría
PsicologíaCerca del 50%Casi paridad en autoría
BiologíaEn aumentoProyección de paridad ~2069
QuímicaEn aumentoProyección de paridad ~2087
Física y Astronomía~15%Baja representación
IngenieríaBaja, brecha salarial significativaProyección de paridad ~2144-2158
MatemáticasBajaProyección de paridad ~2144-2158
InformáticaBaja, brecha salarial significativaProyección de paridad ~2144-2158

Preguntas Frecuentes (FAQs)

  • ¿En qué campos están más subrepresentadas las mujeres?
    Las mujeres están más subrepresentadas en campos intensivos en matemáticas y percibidos como requeridores de "brillantez" innata, como la física, la astronomía, la ingeniería, las matemáticas puras y la informática.
  • ¿Por qué las mujeres están subrepresentadas en estos campos?
    Las razones son múltiples e interconectadas. Incluyen estereotipos de género sobre habilidades (especialmente en matemáticas), creencias culturales de que ciertos campos requieren una "brillantez" innata que se asocia más con los hombres, la percepción de ambientes de trabajo altamente competitivos y solitarios, sesgos en la contratación y promoción, y la persistente brecha salarial.
  • ¿La situación está mejorando?
    Sí, la representación femenina en la autoría científica ha mostrado una tendencia creciente en los últimos años. Sin embargo, el ritmo de cambio varía mucho entre campos, y la paridad en áreas como la física o la ingeniería podría tardar más de un siglo en alcanzarse si las tendencias actuales continúan sin aceleración.
  • ¿La subrepresentación se debe solo a que las mujeres son menos hábiles en matemáticas?
    No. Si bien los campos intensivos en matemáticas tienen menos mujeres y los estereotipos sobre las habilidades matemáticas de las mujeres son un factor, la investigación sugiere que las creencias sobre la "brillantez" innata son un predictor independiente de la subrepresentación femenina, incluso en campos no fuertemente matemáticos. Además, factores como el ambiente de trabajo percibido y la brecha salarial también juegan un papel crucial.
  • ¿Por qué es importante tener más mujeres en la ciencia?
    La diversidad de género en la ciencia es esencial no solo por razones de equidad y justicia social, sino también para el avance de la ciencia misma. Diferentes perspectivas y experiencias pueden llevar a nuevas preguntas de investigación, enfoques innovadores y soluciones más completas y relevantes para los problemas que enfrenta la sociedad.

En conclusión, la subrepresentación de las mujeres en campos como la ciencia y la tecnología es un desafío complejo arraigado en una combinación de creencias culturales, estereotipos de género, percepciones sobre las demandas de los campos y barreras estructurales. Abordar esta desigualdad requiere un enfoque multifacético que cuestione las creencias sobre la "brillantez" innata, desafíe los estereotipos de género desde edades tempranas, promueva entornos de trabajo inclusivos y colaborativos, y erradique la brecha salarial. Solo así podremos asegurar que el talento de todas las personas, independientemente de su género, pueda florecer y contribuir plenamente al progreso del conocimiento y la sociedad.

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Jesús Porta Etessam

Soy licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la Universidad Complutense de Madrid. Me formé como especialista en Neurología realizando la residencia en el Hospital 12 de Octubre bajo la dirección de Alberto Portera y Alfonso Vallejo, donde también ejercí como adjunto durante seis años y fui tutor de residentes. Durante mi formación, realicé una rotación electiva en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.Posteriormente, fui Jefe de Sección en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y actualmente soy jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Tengo el honor de ser presidente de la Sociedad Española de Neurología, además de haber ocupado la vicepresidencia del Consejo Español del Cerebro y de ser Fellow de la European Academy of Neurology.A lo largo de mi trayectoria, he formado parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología como vocal de comunicación, relaciones internacionales, director de cultura y vicepresidente de relaciones institucionales. También dirigí la Fundación del Cerebro.Impulsé la creación del grupo de neurooftalmología de la SEN y he formado parte de las juntas de los grupos de cefalea y neurooftalmología. Además, he sido profesor de Neurología en la Universidad Complutense de Madrid durante más de 16 años.

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