What is the nursing management of ICP?

Presión Intracraneal Alta: Guía Esencial

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La presión intracraneal (PIC) es un parámetro vital en la neurociencia clínica. Se refiere a la presión dentro de la cavidad craneal, un espacio rígido que aloja componentes esenciales para la vida. Comprender sus mecanismos, causas y manejo es fundamental para la atención de pacientes con diversas afecciones neurológicas y traumáticas.

Índice de Contenido

¿Qué es la Presión Intracraneal (PIC)?

La cavidad craneal es un compartimento de volumen fijo. Dentro de ella se encuentran tres componentes principales: el tejido cerebral, el líquido cefalorraquídeo (LCR) y la sangre. La presión ejercida por estos componentes dentro del cráneo se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y, en condiciones normales, es inferior a 20 mm Hg en adultos.

What is the nursing management of ICP?
Elevation of the head of the bed to greater than 30 degrees.Keep the neck midline to facilitate venous drainage from the head.Hypercarbia lowers serum pH and can increase cerebral blood flow contributing to rising ICP, hence hyperventilation to lower pCO2 to around 30 mm Hg can be transiently used.

La doctrina de Monroe-Kellie postula que el volumen total dentro del cráneo es constante. Si el volumen de uno de los componentes (cerebro, LCR o sangre) aumenta, debe haber una disminución compensatoria en el volumen de uno o ambos de los otros componentes para mantener la PIC normal. Cuando estos mecanismos compensatorios fallan, cualquier aumento adicional en el volumen de un componente provocará un aumento significativo de la PIC.

Las implicaciones clínicas de este desequilibrio de volumen son graves. Un aumento incontrolado de la PIC puede llevar a una disminución del flujo sanguíneo cerebral, resultando en isquemia, o a un desplazamiento del tejido cerebral a través de aberturas naturales, un fenómeno conocido como herniación, que a menudo es fatal.

El LCR es un fluido claro que circula por los espacios subaracnoideos y los ventrículos cerebrales, actuando como amortiguador. Se produce principalmente en los plexos coroideos, fluye a través de un sistema de ventrículos y conductos (como el acueducto de Sylvius) y finalmente se reabsorbe en los senos venosos durales a través de las granulaciones aracnoideas. Alteraciones en la producción, circulación o reabsorción del LCR pueden contribuir al aumento de la PIC.

Causas del Aumento de la Presión Intracraneal

El aumento de la PIC puede ser causado por una variedad de condiciones que afectan el volumen de uno o más de los componentes intracraneales. Las causas se pueden clasificar de la siguiente manera:

  • Aumento del Volumen Cerebral: Edema cerebral generalizado debido a trauma craneoencefálico, isquemia, encefalopatía urémica, hiperamonemia o hiponatremia. Efecto de masa ocupante como hematomas (epidurales, subdurales, intraparenquimatosos), tumores, abscesos o infartos extensos.
  • Aumento del Líquido Cefalorraquídeo (LCR): Producción excesiva de LCR (raro, asociado a tumores del plexo coroideo). Disminución de la reabsorción de LCR debido a hidrocefalia obstructiva, inflamación meníngea o granulomas que bloquean las vías de reabsorción.
  • Aumento del Volumen Sanguíneo Intracraneal: Aumento del flujo sanguíneo cerebral (por ejemplo, durante la hipercarbia). Estasis venosa secundaria a trombosis de senos venosos, o elevación de la presión venosa central (como en la insuficiencia cardíaca grave). Aneurismas cerebrales.
  • Otras Causas: Hipertensión intracraneal idiopática (anteriormente llamada pseudotumor cerebral), deformidades craneales como craneosinostosis, hipervitaminosis A, uso de ciertos medicamentos como las tetraciclinas.

Fisiopatología: Cómo la PIC Alta Daña el Cerebro

El principal peligro del aumento de la PIC reside en el daño cerebral causado por la isquemia. Cuando la PIC aumenta, reduce la diferencia de presión que impulsa la sangre hacia el cerebro. Esta diferencia se conoce como Presión de Perfusión Cerebral (PPC), calculada como la diferencia entre la Presión Arterial Media (PAM) y la PIC (PPC = PAM - PIC). Si la PIC se eleva hasta acercarse o superar la PAM, la PPC disminuye drásticamente, comprometiendo el aporte de oxígeno y nutrientes al tejido cerebral.

Los objetivos de PPC recomendados varían según la edad, pero generalmente se busca mantenerla por encima de 60-70 mm Hg en adultos con lesión cerebral traumática grave. Una PPC por debajo de ciertos umbrales puede provocar isquemia.

El cerebro posee un mecanismo de autorregulación que intenta mantener el flujo sanguíneo cerebral constante a pesar de las fluctuaciones en la PAM. Dentro de un rango de PAM normal, los vasos sanguíneos cerebrales se contraen o dilatan para asegurar un flujo sanguíneo adecuado. Sin embargo, esta autorregulación puede fallar cuando la PAM es demasiado alta o demasiado baja, o cuando la PIC está muy elevada.

Manifestaciones Clínicas: Reconociendo los Síntomas

La sospecha de hipertensión intracraneal debe surgir ante la presencia de ciertos signos y síntomas, que varían según la edad del paciente y la rapidez con la que aumenta la presión.

  • Síntomas Clásicos: El dolor de cabeza persistente (a menudo peor por la mañana o al toser/esforzarse), vómitos (frecuentemente en proyectil y no precedidos por náuseas) y alteración del estado mental (desde somnolencia hasta coma) son la tríada clásica.
  • Cambios Visuales: Visión borrosa, visión doble (diplopía, a menudo por afectación de pares craneales como el VI par), fotofobia, edema del disco óptico (papiledema, un signo tardío pero importante) y, eventualmente, atrofia óptica con pérdida de visión permanente.
  • En Lactantes: En bebés cuya fontanela anterior aún está abierta, un signo clave es la abombamiento o tensión de la fontanela. También pueden presentar irritabilidad, llanto agudo y aumento del perímetro cefálico.
  • Signos de Alarma: La tríada de Cushing (hipertensión arterial, bradicardia y respiración irregular) es un signo ominoso de PIC extremadamente alta e inminente herniación cerebral. La hipertensión es un intento reflejo del cuerpo para mantener la PPC frente a una PIC elevada, la bradicardia es una respuesta refleja a la hipertensión, y la respiración irregular indica compromiso del tronco encefálico.

La identificación temprana de estos signos es crucial para iniciar el manejo oportuno y prevenir consecuencias catastróficas.

Evaluación y Diagnóstico de la PIC Elevada

El diagnóstico de la hipertensión intracraneal se basa en la historia clínica, el examen físico y estudios complementarios.

  • Examen Neurológico Continuo: Es fundamental monitorizar de cerca el estado neurológico del paciente, prestando atención a cambios en el nivel de conciencia, tamaño y reactividad pupilar (una pupila fija y dilatada es una señal de alarma), y déficits motores o sensoriales.
  • Neuroimagen: La tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) del cerebro son estudios de imagen esenciales. Pueden revelar la causa subyacente (tumor, hematoma, absceso, infarto) y signos indirectos de PIC elevada como edema cerebral (áreas de baja densidad, pérdida de la diferenciación entre sustancia gris y blanca), compresión de los ventrículos, borramiento de las cisternas basales o los surcos corticales, o signos de herniación. Las TC seriadas pueden usarse para seguir la evolución del edema.
  • Examen de Fondo de Ojo: La fundoscopia puede revelar papiledema, la hinchazón del disco óptico. Este es un signo importante de PIC elevada, ya que el espacio alrededor del nervio óptico está en continuidad con el espacio subaracnoideo.
  • Medición de la Presión de Apertura (Punción Lumbar): Una punción lumbar (PL) puede medir la presión del LCR en el espacio subaracnoideo. Una presión de apertura mayor a 20 mm Hg sugiere PIC elevada. Sin embargo, una PL está contraindicada si hay sospecha de efecto de masa o herniación inminente, ya que una disminución rápida de la presión por debajo de la lesión puede precipitar la herniación. La neuroimagen debe realizarse antes de una PL en estos casos.
  • Monitorización Directa de la PIC: Es el método más preciso para medir la PIC. Implica la colocación de un dispositivo dentro del cráneo. Las opciones incluyen:
    • Catéter de Fibra Óptica Intraparenquimatoso: Se inserta en el tejido cerebral para medir la presión local.
    • Drenaje Ventricular Externo (DVE): Un catéter colocado directamente en un ventrículo cerebral. Permite no solo medir la PIC (conectado a un manómetro) sino también drenar LCR para reducir la presión. Es el método de elección cuando se necesita drenaje de LCR.
  • Diámetro de la Vaina del Nervio Óptico (DVNO) por Ultrasonido: Una técnica no invasiva emergente que utiliza ultrasonido para medir el diámetro de la vaina que rodea el nervio óptico, a 3 mm detrás del globo ocular. Un DVNO aumentado (generalmente por encima de 0.48-0.63 cm) se correlaciona con PIC elevada.

Manejo y Tratamiento de la Presión Intracraneal Elevada

El manejo de la PIC elevada es una urgencia médica que requiere una intervención rápida y coordinada. Los principios generales del manejo se centran en:

  1. Mantener una Presión de Perfusión Cerebral (PPC) adecuada, generalmente elevando la Presión Arterial Media (PAM) si es necesario.
  2. Tratar la causa subyacente del aumento de la PIC.
  3. Implementar medidas específicas para reducir la PIC.

Las medidas para reducir la PIC pueden incluir:

  • Posición del Paciente: Elevar la cabecera de la cama a 30 grados o más facilita el drenaje venoso cerebral, lo que puede ayudar a disminuir la PIC. Es crucial mantener el cuello en posición neutra y evitar la flexión o rotación, que pueden obstruir el drenaje venoso.
  • Control de la Ventilación: Mantener un nivel normal de dióxido de carbono (normocapnia) es generalmente el objetivo. Sin embargo, en situaciones de urgencia con riesgo de herniación, la hiperventilación controlada (manteniendo la pCO2 alrededor de 30 mm Hg) puede usarse transitoriamente. La hipocarbia resultante causa vasoconstricción cerebral, disminuyendo el volumen sanguíneo intracraneal y la PIC. Su uso prolongado no es recomendable debido al riesgo de isquemia cerebral.
  • Agentes Osmóticos: Estas sustancias crean un gradiente osmótico a través de la barrera hematoencefálica, extrayendo líquido del tejido cerebral hacia el espacio intravascular, reduciendo así el edema cerebral.
    • Manitol: Dosis de 0.25 a 1 g/kg. Su principal beneficio se atribuye a la reducción de la viscosidad sanguínea, lo que mejora el flujo sanguíneo cerebral, y en menor medida, a la disminución del volumen sanguíneo. Puede causar diuresis osmótica, deshidratación y daño renal si la osmolalidad sérica supera los 320 mOsm/kg.
    • Solución Salina Hipertónica (por ejemplo, al 3%): Es ampliamente utilizada y considerada segura si los niveles de sodio sérico se mantienen por debajo de 160 mEq/dl o la osmolalidad sérica por debajo de 340 mOsm/kg. Puede administrarse en bolos (5 ml/kg) o infusión continua. Es efectiva para reducir el edema cerebral.
  • Corticosteroides: Son muy efectivos para reducir el edema vasogénico asociado a tumores cerebrales. Sin embargo, NO están indicados para el manejo de la PIC elevada causada por lesión cerebral traumática, ya que pueden empeorar los resultados.
  • Inhibidores de la Anhidrasa Carbónica: Fármacos como la acetazolamida pueden disminuir la producción de LCR y se utilizan principalmente en el tratamiento de la hipertensión intracraneal idiopática.
  • Drenaje de LCR: La punción lumbar (cuando no hay contraindicaciones) o, más comúnmente en el ámbito de cuidados intensivos, el drenaje a través de un DVE, permite la remoción directa de LCR para reducir la PIC.
  • Procedimientos Quirúrgicos:
    • Fenestración del Nervio Óptico: Puede realizarse en pacientes con hipertensión intracraneal crónica idiopática con riesgo de ceguera para aliviar la presión sobre el nervio óptico.
    • Derivaciones de LCR: Derivaciones ventriculoperitoneales o lumboperitoneales redirigen el LCR a otra parte del cuerpo donde puede ser reabsorbido. Son tratamientos definitivos para la hidrocefalia.
    • Craniectomía Descompresiva: Un procedimiento de último recurso en el que se retira una porción del cráneo para permitir que el cerebro se hinche sin ser comprimido. Se considera cuando otras medidas han fallado.
  • Sedación y Relajación Muscular: La agitación, la tos o el esfuerzo pueden aumentar la PIC. La sedación (por ejemplo, con propofol o midazolam) y, si es necesario, la relajación muscular (con agentes bloqueadores neuromusculares) pueden ayudar a controlar estos factores y reducir la PIC.
  • Barbitúricos: En casos refractarios donde otras medidas no logran controlar la PIC, se puede inducir un coma barbitúrico (por ejemplo, con pentobarbital o tiopental). Los barbitúricos disminuyen el metabolismo cerebral y el flujo sanguíneo, reduciendo así la PIC.
  • Hipotermia Terapéutica: La inducción de hipotermia moderada (32-35°C) se ha utilizado para reducir la PIC refractaria, aunque su uso y beneficio han sido objeto de debate en estudios recientes.
  • Glibenclamida Intravenosa: Se está investigando su uso para prevenir el edema en el accidente cerebrovascular isquémico hemisférico al inhibir los receptores SUR1.

Diagnóstico Diferencial

Es importante distinguir la hipertensión intracraneal de otras condiciones que pueden presentar síntomas similares, como:

  • Accidente cerebrovascular (isquémico o hemorrágico)
  • Hidrocefalia
  • Hemorragia intracraneal (subaracnoidea, intraparenquimatosa)
  • Absceso epidural o intracraneal
  • Meningioma u otros tumores cerebrales
  • Migraña u otras cefaleas
  • Lesión nerviosa aguda (no relacionada con PIC)
  • Enfermedades hematológicas que afectan la coagulación
  • Enfermedad de Lyme (neuroborreliosis)

Pronóstico

El pronóstico de la hipertación intracraneal depende en gran medida de la causa subyacente, la gravedad del aumento de la PIC, la rapidez con la que se instaura y la prontitud y efectividad del tratamiento. Algunas causas, como la hipertensión intracraneal idiopática, no aumentan directamente el riesgo de muerte, aunque la morbilidad significativa (especialmente la pérdida visual) es común. En casos de lesión cerebral traumática grave, accidente cerebrovascular maligno o hemorragias extensas con PIC elevada, el pronóstico puede ser reservado.

Prevención y Educación al Paciente

La prevención de la PIC elevada se centra en el manejo de las condiciones subyacentes. En pacientes con riesgo (por ejemplo, después de un traumatismo craneal), es crucial la monitorización. La educación al paciente y a sus cuidadores es fundamental para reconocer los síntomas de alarma (dolor de cabeza persistente, vómitos, cambios visuales o en el estado mental) y buscar atención médica inmediata.

El Rol del Equipo Interdisciplinario: Cuidado Coordinado para Mejores Resultados

El manejo exitoso de la hipertensión intracraneal requiere un enfoque de equipo coordinado e interdisciplinario. Esto incluye neurólogos, neurocirujanos, intensivistas, enfermeras especializadas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y trabajadores sociales.

El personal de enfermería juega un papel absolutamente crucial en la detección temprana, monitorización y manejo del paciente con riesgo o con PIC elevada. Sus responsabilidades incluyen:

  • Monitorización Neurológica Continua: Evaluación frecuente y precisa del estado neurológico, nivel de conciencia (usando escalas como la de Glasgow), tamaño y reactividad pupilar, y respuesta motora. La detección de cambios sutiles o rápidos es vital.
  • Monitorización de Signos Vitales: Control riguroso de la presión arterial, frecuencia cardíaca y patrón respiratorio para identificar la tríada de Cushing u otras anomalías.
  • Monitorización de la PIC y PPC: Si el paciente tiene un dispositivo de monitorización (DVE o catéter intraparenquimatoso), la enfermera es responsable de calibrar el equipo, interpretar las lecturas de PIC, calcular la PPC y notificar al médico sobre valores fuera del rango objetivo. En el caso de un DVE, la enfermera gestiona el drenaje de LCR según las indicaciones médicas.
  • Administración de Medicamentos: Administración precisa y segura de agentes osmóticos, sedantes, analgésicos u otros fármacos para controlar la PIC, monitorizando de cerca sus efectos y posibles efectos secundarios (como cambios en la osmolalidad sérica, sodio sérico, diuresis).
  • Manejo del Entorno: Mantener al paciente en una posición adecuada (cabecera elevada, cuello neutro), minimizar estímulos que puedan aumentar la PIC (ruido, manipulación excesiva), y controlar la temperatura corporal para evitar la fiebre, que puede empeorar el daño cerebral.
  • Cuidado del DVE/Catéter de PIC: Mantener la técnica estéril para prevenir infecciones, asegurar la permeabilidad del catéter y verificar que el sistema de drenaje esté configurado correctamente.
  • Control de Líquidos: Monitorizar estrictamente la ingesta y la producción de orina, especialmente cuando se usan diuréticos osmóticos.
  • Comunicación: Reportar de inmediato cualquier cambio significativo en el estado del paciente o en las lecturas de PIC al equipo médico.

La comunicación efectiva entre todos los miembros del equipo es esencial para tomar decisiones rápidas y coordinadas sobre el tratamiento, incluyendo la necesidad de monitorización de PIC, procedimientos quirúrgicos o cambios en las terapias farmacológicas. La rehabilitación temprana, con fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, es crucial una vez que la condición del paciente se estabiliza. La educación continua al paciente y la familia sobre la condición, el plan de tratamiento y los signos de alerta para buscar ayuda médica nuevamente son componentes fundamentales del cuidado integral.

Preguntas Frecuentes sobre la Presión Intracraneal Alta

¿Cuál es la PIC normal?

En adultos en reposo, la presión intracraneal normal es generalmente inferior a 20 mm Hg.

¿Cuáles son los primeros signos de PIC elevada?

Los primeros signos pueden ser sutiles, como dolor de cabeza persistente, especialmente al despertar, o cambios leves en el estado mental, como irritabilidad o somnolencia. En bebés, puede ser un abombamiento de la fontanela o un llanto agudo inusual.

¿Puede curarse la hipertensión intracraneal?

Depende de la causa. Si la causa es tratable (por ejemplo, extirpar un tumor, drenar un hematoma, tratar una infección), la PIC puede normalizarse. En casos crónicos o idiopáticos, el manejo se centra en controlar la presión y prevenir complicaciones como la pérdida de visión.

¿Cómo se mide la PIC?

La forma más precisa es mediante la monitorización directa con un catéter insertado en el cerebro (intraparenquimatoso) o en un ventrículo (DVE). Otras indicaciones indirectas provienen de la neuroimagen, el examen de fondo de ojo o la presión de apertura en una punción lumbar (cuando es segura).

¿Qué hace la enfermera para manejar la PIC elevada?

La enfermera monitoriza constantemente el estado neurológico y los signos vitales, administra medicamentos para reducir la PIC, maneja los dispositivos de monitorización de PIC y DVE, mantiene la posición adecuada del paciente, controla los líquidos y educa al paciente y a la familia. La detección temprana de cambios es una de sus funciones más críticas.

Medida de ManejoMecanismo PrincipalConsideraciones Clave
Elevación Cabecera (>30°)Facilita drenaje venosoCuello neutro, evitar flexión/rotación
Hiperventilación (transitoria)Vasoconstricción cerebral (↓Vol. sanguíneo)Usar con cautela, riesgo de isquemia
ManitolGradiente osmótico (↓edema), ↓viscosidadMonitorizar osmolalidad, sodio, función renal
Solución Salina HipertónicaGradiente osmótico (↓edema)Monitorizar sodio, osmolalidad
Drenaje de LCR (DVE)Remoción directa de volumenMonitorizar PIC, técnica estéril
Sedación/Analgesia↓metabolismo cerebral, control agitaciónMonitorizar nivel sedación, ventilación
Barbitúricos (coma)↓metabolismo cerebral, ↓flujo sanguíneoÚltimo recurso, monitorización intensiva
Craniectomía DescompresivaPermite expansión cerebralProcedimiento quirúrgico, último recurso

El manejo de la PIC elevada es un desafío complejo que exige conocimientos especializados y una estrecha colaboración entre los profesionales de la salud para optimizar los resultados del paciente.

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Jesús Porta Etessam

Soy licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la Universidad Complutense de Madrid. Me formé como especialista en Neurología realizando la residencia en el Hospital 12 de Octubre bajo la dirección de Alberto Portera y Alfonso Vallejo, donde también ejercí como adjunto durante seis años y fui tutor de residentes. Durante mi formación, realicé una rotación electiva en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.Posteriormente, fui Jefe de Sección en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y actualmente soy jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Tengo el honor de ser presidente de la Sociedad Española de Neurología, además de haber ocupado la vicepresidencia del Consejo Español del Cerebro y de ser Fellow de la European Academy of Neurology.A lo largo de mi trayectoria, he formado parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología como vocal de comunicación, relaciones internacionales, director de cultura y vicepresidente de relaciones institucionales. También dirigí la Fundación del Cerebro.Impulsé la creación del grupo de neurooftalmología de la SEN y he formado parte de las juntas de los grupos de cefalea y neurooftalmología. Además, he sido profesor de Neurología en la Universidad Complutense de Madrid durante más de 16 años.

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