What is AMPT used for?

AMPT: Usos, Mecanismo y Efectos

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El cuerpo humano es una compleja red bioquímica donde cada molécula desempeña un papel crucial. Las catecolaminas, un grupo de neurotransmisores que incluye la dopamina, la norepinefrina y la epinefrina, son esenciales para funciones vitales como la regulación del estado de ánimo, el movimiento, la respuesta al estrés y la presión arterial. La síntesis de estas sustancias se inicia con un paso clave: la conversión del aminoácido tirosina en L-DOPA, un proceso catalizado por una enzima llamada tirosina hidroxilasa. Aquí es donde entra en juego el AMPT.

What does AMPT do?
Catecholamine levels can be experimentally manipulated using α-methyl-para-tyrosine (AMPT). AMPT reduces synthesis of NE and DA by reversibly inhibiting the rate-limiting enzyme, tyrosine hydroxylase, thereby blocking conversion of tyrosine to l-dopa.Nov 1, 2001

El AMPT, cuyo nombre completo es alfa-metil-para-tirosina, es una molécula diseñada para interferir específicamente con esta primera y decisiva etapa en la cadena de producción de las catecolaminas. Al actuar como un inhibidor competitivo de la tirosina hidroxilasa, el AMPT frena la maquinaria de síntesis, lo que conduce a una disminución general de los niveles de dopamina, norepinefrina y epinefrina en el organismo. Esta capacidad para reducir la disponibilidad de catecolaminas lo convierte en una herramienta de gran interés tanto en el ámbito clínico para el tratamiento de ciertas patologías como en la investigación científica para explorar el papel de estos neurotransmisores en diversas funciones y trastornos.

Índice de Contenido

¿Qué es Exactamente el AMPT y Cómo Funciona?

Como mencionamos, el AMPT es un análogo sintético del aminoácido tirosina. Su estructura química es muy similar a la de la tirosina, pero con una modificación clave: la adición de un grupo metilo en la posición alfa. Esta pequeña diferencia estructural le permite 'engañar' a la enzima tirosina hidroxilasa. En lugar de que la tirosina se una a la enzima para ser convertida en L-DOPA, el AMPT se une a ella, ocupando el sitio activo y bloqueando así la capacidad de la enzima para procesar la tirosina natural.

La tirosina hidroxilasa es considerada la enzima limitante de la velocidad en la biosíntesis de dopamina y otras catecolaminas. Esto significa que la velocidad a la que esta enzima funciona determina la velocidad total de producción de estas sustancias. Al inhibirla, el AMPT reduce efectivamente la tasa de síntesis, disminuyendo la cantidad de catecolaminas disponibles en el cerebro y en otras partes del cuerpo donde se producen, como las glándulas suprarrenales.

Es importante destacar que el AMPT no destruye las catecolaminas ya existentes, sino que impide que se sinteticen nuevas moléculas a partir de su precursor. La reducción en los niveles de catecolaminas dependerá de la dosis de AMPT administrada y del tiempo de exposición, así como de la velocidad de recambio natural de estos neurotransmisores en las diferentes vías neuronales o tejidos.

Usos Clínicos Aprobados del AMPT

Aunque la capacidad del AMPT para reducir las catecolaminas es de amplio espectro, su uso clínico aprobado es bastante específico debido a sus potentes efectos y posibles efectos secundarios. La principal indicación para la que el AMPT (comercializado bajo el nombre de metirosina) está aprobado es el tratamiento del feocromocitoma.

El feocromocitoma es un tumor raro, generalmente benigno, que se origina en las células cromafines de la médula suprarrenal o, en raras ocasiones, en ganglios nerviosos fuera de las glándulas suprarrenales (paraganglioma). Estos tumores producen y liberan cantidades excesivas de epinefrina y norepinefrina. El exceso de estas hormonas puede causar síntomas graves y potencialmente mortales, incluyendo hipertensión arterial severa y a menudo paroxística (en crisis), dolores de cabeza intensos, palpitaciones (taquicardia), sudoración excesiva, temblores, náuseas, vómitos y ansiedad.

El AMPT se utiliza en pacientes con feocromocitoma para controlar estos síntomas antes de la cirugía para extirpar el tumor. Al reducir la síntesis de catecolaminas, el AMPT ayuda a normalizar la presión arterial y a disminuir la frecuencia e intensidad de las crisis. Esto prepara al paciente para la cirugía, reduciendo el riesgo de complicaciones cardiovasculares graves durante el procedimiento. Aunque en el pasado se usó más extensamente para el control preoperatorio, debido a sus efectos secundarios, su uso puede estar limitado o complementado con otros fármacos que bloquean los receptores de catecolaminas.

Además de su uso preoperatorio, el AMPT también puede ser útil en el manejo a largo plazo de pacientes con feocromocitoma inoperable o metastásico, donde el objetivo es controlar los síntomas causados por la producción continua de exceso de catecolaminas.

AMPT en el Manejo de Trastornos Neurológicos

La disfunción en la regulación de la dopamina en ciertas vías cerebrales se ha implicado en el origen de diversos trastornos del movimiento, como las distonías y las disquinesias. Las distonías son trastornos del movimiento caracterizados por contracciones musculares involuntarias, sostenidas o intermitentes, que causan movimientos repetitivos anormales o posturas. Las disquinesias son movimientos involuntarios anormales, a menudo fluidos o espasmódicos.

Algunos de estos trastornos pueden ser inducidos por medicamentos, como la disquinesia tardía o la distonía aguda, que son efectos secundarios comunes de los antipsicóticos (fármacos que bloquean los receptores de dopamina). Se postula que la administración crónica de antipsicóticos puede llevar a una regulación inconsistente de la función dopaminérgica, quizás incluso aumentando la actividad de la tirosina hidroxilasa en un intento de compensar el bloqueo del receptor.

El texto proporcionado menciona casos clínicos donde el AMPT ha mostrado eficacia en el tratamiento de ciertos individuos con distonía o disquinesia inducida por neurolépticos (antipsicóticos). La propuesta es que el AMPT podría tener una utilidad especial en los trastornos tardíos al contrarrestar un posible aumento en la actividad de la tirosina hidroxilasa inducido por los neurolépticos. Al inhibir esta enzima, el AMPT podría ayudar a reequilibrar la función dopaminérgica alterada. Este uso, sin embargo, no es una indicación aprobada y se basa en investigaciones y casos específicos.

También se ha explorado el uso de metirosina (AMPT) como tratamiento no oficial para el síndrome de DiGeorge, aunque la justificación y eficacia en este contexto no se detallan en el texto proporcionado.

AMPT en la Investigación Científica

Más allá de sus aplicaciones clínicas, el AMPT es una herramienta invaluable en la investigación neurocientífica, particularmente para estudiar el impacto de la depleción de catecolaminas en el comportamiento y la función cerebral. Dado que el AMPT reduce los niveles de dopamina, norepinefrina y epinefrina, permite a los investigadores examinar qué ocurre cuando la disponibilidad de estos neurotransmisores disminuye.

El texto describe un estudio que utilizó AMPT para investigar los efectos de la depleción de catecolaminas en pacientes con trastorno depresivo mayor unipolar recurrente con patrón estacional (depresión invernal). En este estudio, se administró AMPT a pacientes en remisión para ver si la reducción de catecolaminas desencadenaba una recaída o cambios en el estado de ánimo. Este tipo de investigación es crucial para comprender cómo las catecolaminas influyen en trastornos del estado de ánimo como la depresión estacional.

Los hallazgos de estudios en sujetos sanos también son reveladores. La administración de AMPT en voluntarios sanos ha demostrado consistentemente efectos como aumento de la somnolencia, disminución de la calma y aumento de la tensión y el enfado, con una tendencia hacia un aumento de la depresión. Estos resultados sugieren que las catecolaminas desempeñan un papel importante en la regulación de los estados normales de alerta y en los síntomas de ansiedad patológica. La reversión de estos efectos al administrar L-dopa (el producto directo de la tirosina hidroxilasa y precursor de la dopamina) tras el AMPT, refuerza la idea de que los efectos observados son específicos de la depleción de catecolaminas.

El AMPT también ha sido utilizado en estudios sobre la adicción. Se ha investigado su papel en relación con drogas como la cocaína y la metanfetamina. La cocaína actúa inhibiendo el transportador de dopamina (DAT), lo que aumenta la dopamina en la sinapsis. La metanfetamina libera dopamina y afecta los transportadores vesiculares. Estudios han utilizado AMPT para reducir los niveles basales de dopamina y explorar cómo esto afecta la respuesta a estas drogas o la actividad de los transportadores de dopamina.

Interesantemente, la depleción de dopamina inducida por AMPT ha mostrado efectos neurofarmacológicos similares a la cocaína en ciertos contextos. Además, en modelos de neurotoxicidad por metanfetamina, la depleción de dopamina con AMPT ha mostrado ser protectora, a diferencia de otros fármacos como la reserpina. Esto sugiere que el AMPT podría tener un potencial terapéutico en el tratamiento de adicciones, aunque se necesita mucha más investigación. La capacidad del AMPT para reducir el 'pool' de dopamina recién sintetizada y posiblemente aumentar el transporte vesicular de dopamina (mediado por VMAT-2) sin agotar completamente las reservas vesiculares (a diferencia de la reserpina) podría explicar algunas de estas diferencias.

En resumen, el AMPT es una herramienta de investigación fundamental para desentrañar la compleja relación entre las catecolaminas y una amplia gama de funciones cerebrales y comportamentales, desde el estado de ánimo y el sueño hasta los movimientos y la adicción.

Farmacocinética del AMPT: Cómo se Mueve en el Cuerpo

Comprender cómo un fármaco es absorbido, distribuido, metabolizado y excretado (farmacocinética) es crucial para su uso clínico y su investigación. El AMPT, o metirosina, exhibe características farmacocinéticas que influyen en su dosificación y efectos.

El AMPT se absorbe bien después de la administración oral, lo que resulta en una alta biodisponibilidad, es decir, una gran proporción del fármaco administrado llega a la circulación sistémica. Estudios de dosis única con 1000 mg han mostrado picos de concentración en plasma de 12-14 μg/mL entre 1 y 3 horas después de la ingestión. La absorción parece ser consistente en un amplio rango de dosis (300-4000 mg/día) en estudios de dosis de mantenimiento.

Una característica importante del AMPT es su vida media de eliminación relativamente corta en pacientes normales, que oscila entre 3.4 y 3.7 horas. Esto significa que, aproximadamente, la mitad de la cantidad de fármaco en el cuerpo se elimina en ese tiempo. Sin embargo, se ha observado que la vida media puede ser significativamente más larga en poblaciones específicas, como adictos a las anfetaminas, donde se ha reportado una vida media de 7.2 horas. Esta diferencia podría tener implicaciones en cómo se dosifica el fármaco en diferentes contextos.

El AMPT se metaboliza mínimamente en el cuerpo. Se han encontrado pequeñas cantidades de metabolitos como alfa-metildopa, alfa-metildopamina, metiltiramina y alfa-metilnoradrenalina, pero la mayor parte del fármaco se elimina sin cambios. La vía principal de eliminación es a través de la orina. Entre el 45% y el 88% del AMPT ingerido se recupera sin cambios en la orina. La mayor parte de esta excreción ocurre relativamente rápido: el 50-60% aparece en las primeras 8 horas y el 80-90% en las primeras 24 horas después de una dosis oral.

Esta rápida eliminación y mínima metabolización, junto con su alta biodisponibilidad oral, son aspectos clave a considerar en su administración, especialmente en tratamientos prolongados o en estudios donde se busca mantener una concentración plasmática constante.

Posibles Efectos Secundarios del AMPT

Aunque el AMPT puede ser muy útil en indicaciones específicas, su potente acción de reducir las catecolaminas no está exenta de efectos secundarios. La disminución de dopamina y norepinefrina, en particular, puede afectar diversas funciones corporales y cerebrales, lo que se traduce en una variedad de efectos adversos.

Uno de los efectos secundarios más comunes reportados es la sedación. El texto indica que la sedación puede ser significativa, especialmente con dosis altas. Sin embargo, dosis por debajo de 2 gramos por día parecen asociarse menos con este efecto. Curiosamente, algunos pacientes han reportado insomnio como síntoma de abstinencia después de suspender el tratamiento con AMPT.

Dada la importancia de la dopamina en el control motor, no es sorprendente que la reducción de sus niveles pueda inducir síntomas similares a los de la enfermedad de Parkinson, que se caracteriza precisamente por la pérdida de neuronas dopaminérgicas. Se han reportado temblores en manos, piernas y tronco, así como rigidez o tensión en la mandíbula, en pacientes tratados con AMPT. En pacientes con síndrome de Tourette tratados con AMPT, se han observado efectos más severos como akinesia (falta de movimiento), akatisia (intranquilidad motora) y crisis oculógiras (movimientos involuntarios de los ojos).

Un efecto secundario grave que se ha observado, particularmente con la administración prolongada o dosis altas, es la cristaluria, la presencia de cristales en la orina. Esto subraya la importancia de una hidratación adecuada y un seguimiento médico cuidadoso durante el tratamiento con AMPT.

Otros efectos mencionados en estudios de investigación incluyen alteraciones en el estado de ánimo, como disminución de la calma y aumento de la tensión y el enfado, así como una tendencia a la depresión en sujetos sanos. Estos efectos son consistentes con el papel de las catecolaminas en la regulación del estado de ánimo y la alerta.

También se ha sugerido que la administración prolongada de AMPT puede tener un impacto en el ritmo circadiano, lo que podría estar relacionado con las alteraciones del sueño y la somnolencia reportadas.

La buena noticia es que muchos de los efectos secundarios, especialmente los relacionados con la depleción de catecolaminas, son reversibles. La administración de L-dopa, al ser un precursor de la dopamina que no requiere de la tirosina hidroxilasa para su síntesis, puede revertir los efectos del AMPT sobre el estado de alerta y la ansiedad, confirmando su vínculo con los niveles de catecolaminas.

Comparativa: AMPT vs. Bloqueadores D2 (Antipsicóticos)

Es interesante comparar el mecanismo de acción del AMPT con el de los antipsicóticos típicos en el contexto de los trastornos del movimiento inducidos por fármacos. Aunque ambos tipos de medicamentos pueden afectar el sistema dopaminérgico, lo hacen de maneras fundamentalmente diferentes.

CaracterísticaAMPT (Metirosina)Bloqueadores de Receptores D2 (Antipsicóticos Típicos)
Mecanismo PrimarioInhibidor de la tirosina hidroxilasa (reduce la síntesis de catecolaminas)Bloqueador de receptores de dopamina D2 (impide que la dopamina se una a su receptor)
Efecto sobre Niveles de DopaminaReduce los niveles generales de dopamina (y otras catecolaminas)No reduce la síntesis; puede incluso aumentarla por retroalimentación; bloquea la acción de la dopamina existente
Indicación Principal AprobadaFeocromocitomaEsquizofrenia y otros trastornos psicóticos
Uso en Trastornos del MovimientoInvestigación/uso off-label para distonías/disquinesias (especialmente inducidas por neurolépticos)Pueden inducir distonías y disquinesias como efecto secundario (especialmente distonía aguda y disquinesia tardía)
Efectos Secundarios Neurológicos ComunesParkinsonismo, akinesia, akatisia, temblores (relacionados con baja dopamina)Síntomas extrapiramidales (parkinsonismo, distonía, akatisia), disquinesia tardía (relacionados con bloqueo D2 crónico)

Mientras que los antipsicóticos bloquean el 'receptor' donde la dopamina ejerce su efecto, el AMPT ataca la 'fábrica' que produce la dopamina. Esta diferencia es clave. En el caso de las disquinesias inducidas por neurolépticos, donde se hipotetiza un aumento en la síntesis de dopamina compensatoria o una regulación anormal, reducir la síntesis con AMPT podría teóricamente ser más beneficioso que simplemente seguir bloqueando los receptores, lo cual podría empeorar la disquinesia tardía a largo plazo.

Sin embargo, es crucial recordar que el uso de AMPT para estos trastornos no está ampliamente establecido y requiere una evaluación individualizada y cuidadosa, dada la complejidad de estos trastornos y el perfil de efectos secundarios del AMPT.

Preguntas Frecuentes sobre el AMPT

¿Es el AMPT un tratamiento común?
No, el uso clínico del AMPT (metirosina) es relativamente raro y se limita principalmente al manejo del feocromocitoma. Su uso en otros contextos, como trastornos del movimiento o adicciones, se encuentra mayormente en fase de investigación o se considera un uso 'off-label'.
¿Cómo se administra el AMPT?
Generalmente se administra por vía oral, en forma de cápsulas.
¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto el AMPT?
Después de una dosis oral, los picos en sangre se alcanzan en 1 a 3 horas. Sin embargo, la reducción significativa de los niveles de catecolaminas y la aparición de efectos clínicos pueden tardar más, dependiendo de la dosis y la condición a tratar.
¿Cuáles son los efectos secundarios más preocupantes del AMPT?
Los efectos secundarios graves incluyen síntomas neurológicos similares al Parkinson (akinesia, akatisia, temblores) y la cristaluria (formación de cristales en la orina). Es fundamental el seguimiento médico para monitorizar estos posibles efectos.
¿Pueden revertirse los efectos del AMPT?
Sí, muchos de los efectos relacionados con la depleción de catecolaminas, como la somnolencia o los síntomas neurológicos, pueden revertirse con la administración de L-dopa, un precursor de la dopamina que no es afectado por la inhibición de la tirosina hidroxilasa.
¿Por qué se usa AMPT en investigación?
El AMPT es una herramienta valiosa para los investigadores porque permite estudiar directamente los efectos de la reducción de catecolaminas en el cerebro y el cuerpo, ayudando a comprender el papel de la dopamina, norepinefrina y epinefrina en diversas funciones fisiológicas y patológicas.
¿El AMPT crea adicción?
El texto proporcionado no indica que el AMPT sea adictivo en sí mismo. De hecho, se ha investigado su uso potencial para ayudar a tratar la adicción a otras sustancias como la metanfetamina.

En conclusión, el AMPT es un fármaco con un mecanismo de acción muy específico: la inhibición de la tirosina hidroxilasa, la enzima clave en la síntesis de catecolaminas. Su principal aplicación clínica es en el manejo del feocromocitoma, donde su capacidad para reducir el exceso de epinefrina y norepinefrina es vital. Además, ha mostrado potencial en la investigación de trastornos neurológicos como las distonías y disquinesias, así como en estudios sobre el estado de ánimo, el sueño y la adicción. A pesar de su utilidad, su uso está limitado por un perfil de efectos secundarios que requiere una cuidadosa monitorización. El AMPT sigue siendo una molécula importante en la farmacología y la neurociencia, tanto por su impacto terapéutico en condiciones específicas como por su valor como herramienta para desentrañar los misterios del sistema de catecolaminas.

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Jesús Porta Etessam

Soy licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la Universidad Complutense de Madrid. Me formé como especialista en Neurología realizando la residencia en el Hospital 12 de Octubre bajo la dirección de Alberto Portera y Alfonso Vallejo, donde también ejercí como adjunto durante seis años y fui tutor de residentes. Durante mi formación, realicé una rotación electiva en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.Posteriormente, fui Jefe de Sección en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y actualmente soy jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Tengo el honor de ser presidente de la Sociedad Española de Neurología, además de haber ocupado la vicepresidencia del Consejo Español del Cerebro y de ser Fellow de la European Academy of Neurology.A lo largo de mi trayectoria, he formado parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología como vocal de comunicación, relaciones internacionales, director de cultura y vicepresidente de relaciones institucionales. También dirigí la Fundación del Cerebro.Impulsé la creación del grupo de neurooftalmología de la SEN y he formado parte de las juntas de los grupos de cefalea y neurooftalmología. Además, he sido profesor de Neurología en la Universidad Complutense de Madrid durante más de 16 años.

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