La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad devastadora que afecta a miles de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la degeneración progresiva de las neuronas motoras, esas células nerviosas cruciales que controlan nuestros movimientos voluntarios. A medida que estas neuronas mueren, el cerebro pierde la capacidad de iniciar y controlar la acción muscular, lo que lleva a una debilidad progresiva, espasmos y, en etapas avanzadas, parálisis total. Comprender los mecanismos subyacentes a nivel neurológico es fundamental para encontrar formas de diagnosticar, tratar y, en última instancia, curar esta compleja enfermedad. Durante mucho tiempo, las técnicas de imagen convencionales como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) no mostraban cambios estructurales evidentes en la ELA, lo que limitaba nuestra comprensión. Sin embargo, el advenimiento de las técnicas de neuroimagen avanzada ha abierto una ventana sin precedentes al cerebro vivo de los pacientes con ELA, revelando alteraciones sutiles pero significativas.

- ¿Qué Sucede en el Cerebro con la ELA?
- Técnicas de Neuroimagen Avanzada en la Investigación de la ELA
- Regiones Cerebrales Afectadas por la ELA Según la Neuroimagen
- Tabla Resumen de Hallazgos de Neuroimagen en ELA
- Potencial como Biomarcadores y Desafíos
- Preguntas Frecuentes sobre Neurociencia y ELA
- Conclusiones y Futuras Direcciones
¿Qué Sucede en el Cerebro con la ELA?
La ELA daña principalmente las neuronas motoras superiores (en el cerebro) y las neuronas motoras inferiores (en el tronco encefálico y la médula espinal). Cuando estas neuronas se deterioran y mueren, la comunicación entre el cerebro y los músculos se interrumpe. Esto es lo que causa la debilidad muscular y la pérdida de movimiento. Aunque la causa precisa sigue siendo desconocida en la mayoría de los casos (aproximadamente 1 de cada 10 casos es hereditario), la investigación se centra en una combinación de factores genéticos y ambientales.
La neuroimagen avanzada ha permitido ir más allá de la simple visualización de la estructura macroscópica del cerebro para explorar cambios a nivel microestructural, bioquímico y funcional. Estas técnicas han demostrado que la ELA no solo afecta las neuronas motoras directamente, sino que también tiene un impacto más amplio en diversas regiones y redes cerebrales.
Técnicas de Neuroimagen Avanzada en la Investigación de la ELA
Las limitaciones de la resonancia magnética convencional para detectar cambios estructurales groseros en la ELA llevaron al desarrollo y la aplicación de técnicas más sofisticadas:
- Resonancia Magnética Estructural (sMRI): Permite un análisis detallado de la atrofia focal y el volumen regional de la materia gris y blanca. Técnicas como la morfometría basada en vóxeles (VBM) y la morfometría basada en superficie (SBM) miden el volumen cerebral y el grosor cortical, respectivamente.
- Imagen por Tensor de Difusión (DTI): Cuantifica el movimiento de las moléculas de agua en los tejidos biológicos. Dado que el agua se difunde de manera preferencial a lo largo de los tractos de materia blanca (que están recubiertos de mielina), el DTI puede evaluar la integridad de estas vías nerviosas. Medidas como la anisotropía fraccional (FA) y la difusividad media (MD) son indicativas de la salud microestructural de la materia blanca.
- Espectroscopia por Resonancia Magnética de Protón (1H-MRS): Permite cuantificar ciertos metabolitos en el tejido cerebral. Metabolitos clave incluyen el N-acetilaspartato (NAA, un marcador de integridad neuronal), la colina (Cho, marcador de recambio de membrana celular), la creatina (Cr, marcador de metabolismo energético), el mioinositol (marcador de células gliales), el glutamato y la glutamina (Glx) y el ácido gamma-aminobutírico (GABA).
- RM Funcional en Estado de Reposo (rs-fcMRI): Utiliza las fluctuaciones espontáneas de la actividad cerebral para investigar las conexiones entre diferentes regiones cerebrales (redes neuronales).
- Tomografía por Emisión de Positrones (PET): Utiliza radiotrazadores para localizar y cuantificar la actividad metabólica o receptores específicos en el cerebro, que pueden estar alterados en la enfermedad. Agentes como la 18F-FDG (metabolismo de la glucosa) o ligandos que se unen a marcadores de neuroinflamación (11C-PK11195) o receptores (11C-flumazenil para GABAA) se han utilizado en ELA.
Regiones Cerebrales Afectadas por la ELA Según la Neuroimagen
Corteza Motora
La corteza motora primaria es la región donde se originan las neuronas motoras superiores. Los estudios de sMRI, particularmente SBM, han demostrado consistentemente una reducción del grosor cortical en esta área en pacientes con ELA. Estudios longitudinales confirman un adelgazamiento progresivo con el tiempo. La 1H-MRS en la corteza motora ha revelado predominantemente reducciones en las proporciones NAA:Cr o NAA:Cho, o en los niveles de NAA absolutos, lo que sugiere una marcada pérdida de integridad neuronal. Los niveles bajos de NAA a menudo se correlacionan con la gravedad de la enfermedad y la tasa de progresión. Se han observado cambios en otros metabolitos, como aumentos en el mioinositol (posiblemente indicando gliosis) y, de manera significativa, una reducción en los niveles de GABA. Esta disminución del GABA, el principal neurotransmisor inhibitorio, junto con hallazgos de rs-fcMRI que sugieren una mayor conectividad o una pérdida de inhibición interhemisférica, apunta a una posible hiperexcitabilidad cortical en la ELA, quizás relacionada con la excitotoxicidad por glutamato. Los estudios de PET han mostrado alteraciones en el flujo sanguíneo cerebral, la activación neuronal durante tareas motoras (posiblemente compensatoria) y un aumento de la activación microglial (neuroinflamación) en la corteza motora.
Tracto Corticoespinal (CST)
El tracto corticoespinal es la principal vía de materia blanca que transmite las señales motoras desde la corteza hasta el tronco encefálico y la médula espinal. El DTI ha sido particularmente útil para evaluar la integridad de este tracto. Múltiples estudios han reportado una reducción de la FA y un aumento de la MD y la difusividad radial en el CST de pacientes con ELA. Estos hallazgos sugieren una degradación de la materia blanca, que podría reflejar degeneración axonal, desorganización de fibras, gliosis o degeneración Walleriana. Los cambios en el CST, especialmente en la cápsula interna posterior, a menudo se correlacionan con los signos de neurona motora superior y la gravedad clínica. Curiosamente, algunos estudios DTI sugieren que los cambios pueden ser predominantes en las regiones más rostrales (cerca del cerebro) en etapas tempranas o en fenotipos como la Esclerosis Lateral Primaria (PLS), mientras que los cambios más caudales (hacia la médula) pueden ser más prominentes en la ELA más avanzada. Esto podría indicar una propagación de la enfermedad a lo largo de las vías. La 1H-MRS también ha detectado reducciones de NAA en la materia blanca a lo largo del CST, corroborando la evidencia de degeneración neuronal en esta vía.
Cuerpo Calloso
El cuerpo calloso es la principal comisura de materia blanca que conecta los dos hemisferios cerebrales. La porción posterior (cuerpo y rodete) conecta las cortezas motoras y de asociación motora. Los estudios de DTI han mostrado reducciones en la FA y aumentos en la MD en el cuerpo calloso en la ELA, lo que sugiere una interrupción de las fibras que conectan estas importantes regiones motoras. Estos hallazgos también pueden correlacionarse con los síntomas, como los movimientos involuntarios contralaterales, lo que apoya la idea de una pérdida de influencia inhibitoria entre hemisferios.

Lóbulo Frontal
Aunque la ELA es principalmente una enfermedad motora, los estudios clínicos han documentado déficits cognitivos y de función ejecutiva en muchos pacientes, que varían desde disfunción leve hasta demencia frontotemporal (DFT). La neuroimagen avanzada proporciona evidencia objetiva de afectación del lóbulo frontal. Los estudios de sMRI han reportado atrofia de materia gris y blanca, así como adelgazamiento cortical, en diversas áreas frontales. Estos cambios estructurales a menudo se correlacionan con el rendimiento en pruebas cognitivas. La 1H-MRS ha mostrado reducciones en NAA y aumentos en mioinositol en la corteza prefrontal medial, aunque las correlaciones con la cognición han sido inconsistentes. El DTI también ha detectado reducciones de FA en la materia blanca frontal, correlacionadas con la cognición y la apatía. Los estudios de PET con 18F-FDG han revelado hipometabolismo en el lóbulo frontal, especialmente en pacientes con deterioro cognitivo o ELA de inicio bulbar (que tiende a asociarse más con disfunción cognitiva). Estos hallazgos de neuroimagen en el lóbulo frontal son particularmente relevantes dada la fuerte superposición clínica y genética entre la ELA y la DFT, especialmente con la expansión del hexanucleótido C9orf72.
Núcleos Grises Profundos y Tronco Encefálico
Los núcleos grises profundos (ganglios basales y tálamo) y el tronco encefálico son estructuras con conexiones importantes con el sistema motor. Aunque menos estudiados que la corteza motora o el CST, los estudios de neuroimagen también han revelado alteraciones en estas regiones. La sMRI ha reportado atrofia en los ganglios basales y el tálamo. El DTI ha mostrado reducciones de FA y aumentos de MD en estas áreas. La 1H-MRS ha detectado reducciones de NAA en los ganglios basales y el tronco encefálico (médula oblongada), lo que sugiere degeneración neuronal. Los hallazgos de PET han indicado alteraciones metabólicas en el tronco encefálico (hipermetabolismo en el mesencéfalo y la protuberancia) y evidencia de astrocitosis y neuroinflamación. Un estudio PET también sugirió una posible pérdida celular en la sustancia negra, lo que podría implicar mecanismos de enfermedad compartidos con el Parkinson.
Médula Espinal Cervical
La médula espinal es donde se encuentran las neuronas motoras inferiores y donde terminan las fibras del CST. Los estudios de DTI han demostrado reducciones en la FA y aumentos en la difusividad radial en la médula espinal cervical, junto con una reducción en el área transversal. Estos hallazgos reflejan la degeneración de las vías motoras y se correlacionan con la debilidad muscular y la gravedad clínica. La MRS en la médula espinal cervical también ha detectado reducciones en las proporciones NAA:Cr y NAA:mioinositol, incluso en portadores presintomáticos de mutaciones SOD1, lo que sugiere que los cambios metabólicos pueden ocurrir temprano en la enfermedad. Estas proporciones también se han correlacionado con la función respiratoria y la tasa de declive clínico.
Tabla Resumen de Hallazgos de Neuroimagen en ELA
Región Cerebral | Técnica de Imagen | Hallazgo Típico en ELA | Implicación Principal |
---|---|---|---|
Corteza Motora | sMRI (SBM), 1H-MRS, rs-fcMRI, PET | Adelgazamiento cortical, ↓ NAA, ↓ GABA, ↑ Conectividad (compensatoria/desinhibición), ↑ Neuroinflamación | Pérdida neuronal, Hiperexcitabilidad, Gliosis |
Tracto Corticoespinal | DTI, 1H-MRS | ↓ FA, ↑ MD, ↓ NAA | Degradación de materia blanca, Degeneración axonal |
Cuerpo Calloso | DTI | ↓ FA, ↑ MD | Interrupción de conexiones interhemisféricas (motoras) |
Lóbulo Frontal | sMRI (VBM/SBM), DTI, 1H-MRS, PET | Atrofia (MG/MB), Adelgazamiento cortical, ↓ FA, ↓ NAA, Hipometabolismo | Disfunción cognitiva/ejecutiva, Superposición ELA-DFT |
Núcleos Grises Profundos | sMRI (VBM), DTI, 1H-MRS, PET | Atrofia (ganglios basales/tálamo), ↓ FA, ↑ MD, ↓ NAA, ↑ Cho, Alteraciones metabólicas | Afectación de estructuras subcorticales motoras/cognitivas |
Tronco Encefálico | DTI, 1H-MRS, PET | ↓ FA, ↓ NAA, ↑ Glx, Hipermetabolismo, Astrocitosis | Degeneración neuronal (bulbar), Neuroinflamación |
Médula Espinal Cervical | DTI, MRS | ↓ FA, ↑ Difusividad radial, ↓ Área, ↓ NAA | Degeneración de vías espinales, Pérdida neuronal inferior |
Nota: ↓ indica disminución, ↑ indica aumento. MG = Materia Gris, MB = Materia Blanca.
Potencial como Biomarcadores y Desafíos
Dada la heterogeneidad de la ELA y la dificultad del diagnóstico temprano, existe un gran interés en utilizar la neuroimagen como biomarcadores para mejorar el diagnóstico, predecir el pronóstico y monitorizar la respuesta al tratamiento. Los hallazgos de imagen, como la reducción de NAA en la corteza motora o la disminución de FA en el CST, se han correlacionado con la progresión de la enfermedad y la supervivencia, sugiriendo su potencial pronóstico. Sin embargo, la precisión diagnóstica de técnicas individuales como el DTI aún no es suficiente para su aplicación clínica generalizada, a menudo debido a la variabilidad entre pacientes y la etapa de la enfermedad en el momento del estudio. La comunidad científica se inclina cada vez más hacia un enfoque multimodal, combinando datos de diferentes técnicas de neuroimagen y quizás otros biomarcadores (genéticos, proteicos) para desarrollar herramientas diagnósticas y pronósticas más robustas. El uso de técnicas estadísticas avanzadas, como el aprendizaje automático (machine learning), es crucial para analizar estos conjuntos de datos complejos. Se necesitan estudios longitudinales, reclutando pacientes en etapas tempranas de la enfermedad o con predisposición genética, para seguir la evolución de los cambios de imagen a lo largo del tiempo y validar estos biomarcadores.
Preguntas Frecuentes sobre Neurociencia y ELA
¿Qué parte del cerebro se daña principalmente en la ELA?
Aunque la ELA afecta principalmente las neuronas motoras en la corteza motora, el tronco encefálico y la médula espinal, la neuroimagen avanzada ha demostrado que también hay daños significativos en el tracto corticoespinal, el cuerpo calloso, el lóbulo frontal y, en menor medida, los núcleos grises profundos. Es una enfermedad que afecta múltiples regiones interconectadas del sistema nervioso central.

¿Qué le sucede a las neuronas durante la ELA?
Las neuronas motoras (células nerviosas que controlan el movimiento) se degeneran y mueren progresivamente. Esto impide que el cerebro envíe señales a los músculos, lo que lleva a debilidad muscular, espasmos y parálisis. Aunque la causa exacta de por qué mueren sigue siendo objeto de intensa investigación, se cree que intervienen mecanismos como la excitotoxicidad, el estrés oxidativo, la inflamación y el fallo de los sistemas de eliminación de residuos celulares.
¿Puede la neuroimagen diagnosticar la ELA?
Actualmente, las técnicas de neuroimagen convencionales como la RM se utilizan principalmente para descartar otras condiciones que pueden imitar los síntomas de la ELA. Las técnicas avanzadas como el DTI o la MRS pueden mostrar cambios consistentes con la ELA, pero por sí solas no tienen suficiente precisión para un diagnóstico definitivo en todos los casos. Se espera que un enfoque multimodal, combinando varias técnicas de neuroimagen y otros datos, pueda llevar al desarrollo de biomarcadores diagnósticos fiables en el futuro.
¿La ELA solo afecta el movimiento?
Aunque la ELA es predominantemente una enfermedad motora, los estudios de neuroimagen y clínicos han demostrado que también puede afectar funciones cognitivas y de comportamiento, particularmente aquellas asociadas con el lóbulo frontal. Existe un espectro de afectación que puede ir desde cambios sutiles hasta una superposición significativa con la demencia frontotemporal.
Conclusiones y Futuras Direcciones
La neuroimagen avanzada ha transformado nuestra comprensión de la fisiopatología de la ELA en pacientes vivos. Ha proporcionado evidencia sólida de degeneración neuronal y disrupción de la materia blanca en las principales vías motoras, así como afectación de regiones extramotoras como el lóbulo frontal. Los hallazgos sobre la disfunción GABAérgica y la neuroinflamación abren vías potenciales para el desarrollo de terapias dirigidas a restaurar el equilibrio neuronal o reducir la inflamación. Aunque el uso de la neuroimagen como biomarcador diagnóstico aún se encuentra en investigación, su potencial para mejorar el pronóstico y monitorizar la eficacia de los tratamientos es considerable. El futuro de la investigación en neuroimagen de la ELA pasa por la adopción de enfoques multimodales, el estudio de cohortes más grandes y diversas de pacientes, y el seguimiento longitudinal desde las etapas más tempranas de la enfermedad. A medida que la tecnología de RM y PET continúa evolucionando, también lo hará nuestra capacidad para desentrañar los misterios de la ELA y trabajar hacia tratamientos efectivos.
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